Embajadores con uniforme de campaña

Las grandes celebraciones militares atraen cada año a más de 4.500 familiares, cuya estancia media es de cuatro días
La Brilat festeja con una parada militar el Día de la Inmaculada Concepción
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Muchos de los 3.500 efectivos que dependen en Pontevedra del Ministerio de Defensa son naturales de esta provincia, pero un elevado porcentaje procede del resto de la geografía nacional y de los países con los que España tiene convenios para el ingreso en las Fuerzas Armadas: Argentina, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

La práctica totalidad de los militares foráneos acaban fijando su residencia aquí, pasando a engrosar los respectivos censos municipales. Si se tiene en cuenta que las tres cuartas partes se desplaza con familia (pareja, hijos, padres...), se dispara el número de potenciales embajadores de nuestra tierra, pues muchos de los amigos y familiares que se han quedado en el lugar de origen acaban desplazándose, en algún momento, hasta las Rías Baixas para visitar a sus seres queridos.

Pero además de estos encuentros más personales, dos grandes eventos acaparan cada año la afluencia de miles de visitantes: la entrega de Reales Despachos y jura de bandera de alumnos de primer año en la Escuela Naval, a la que asisten más de 3.500 invitados; y el aniversario de la Brilat, con centenares de personas que acuden a arropar a los militares. «No se desplazan solo el día del acto, sino que normalmente son familias que llegan un par de días antes y se van dos días después, y aprovechan para conocer el entorno y disfrutar del mismo.

No voy a dar números, pero cualquiera puede calcular la inversión que realiza una familia cuando viaja cuatro o cinco días a una ciudad. Y eso, multiplicado por miles de personas, supone un gasto muy importante para Marín, Pontevedra y alrededores en cuanto a hostelería, restauración, taxis y servicios en general», apunta el coronel De Miguel.

FELIPE CASAL VIEITES. Tiene 46 años y está destinado en el Batallón del Cuartel General de la Brilat, donde desempeña diversas labores en la Oficina de Relaciones Públicas y Protocolo. Felipe Casal Vieites es natural de Pontecesures, localidad donde reside actualmente. Padre de tres hijos, en la actualidad no tiene pareja.

¿Qué le empujó a ver su futuro profesional en las Fuerzas Armadas y, más concretamente, en la Brilat? ¿Cuál sería su aspiración dentro de la carrera militar?
Desde niño he tenido la ilusión de formar parte de las Fuerzas Armadas (podría definirse como una profesión vocacional), lo que hace que me sienta afortunado por trabajar en lo que realmente me gusta. Aunque he estado destinado algo más de 10 años fuera de Galicia, concretamente en la Legión en Ceuta, llevo los últimos 17 años en la Brilat. El motivo de haber elegido este destino es la cercanía de la familia, amigos y de esta maravillosa tierra. Mi principal aspiración es poder desempeñar mi trabajo diario con las mismas ganas e ilusión que el primer día.


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¿Cómo es su día a día cuando no está dentro del recinto militar?
Normalmente, cuando no estoy trabajando suelo salir a correr (es uno de mis vicios), asisto a clases de inglés y disfruto de la compañía de mi familia y amigos. Soy oficial de Colegio de Jueces de la Federación Gallega de Triatlón, lo que implica que algunos fines de semana participe en competiciones, donde la citada Federación me active.

¿En qué consisten sus consumos fuera del entorno militar? Por ejemplo, cuando sale a tomar algo con los amigos, cuando vienen familiares de visita, cuando se desplaza a otros lugares...
Con el paso de los años y la versatibilidad de mi trabajo, he hecho acopio de muy buenos amigos en prácticamente la totalidad de la geografía española, lo que significa recibir la visita de algunos de ellos.

¿Qué implica esto?
Pues hacer labores de guía turístico/gastronómico. Por ello, es visita obligada llevarlos a conocer la zona vieja de Pontevedra y degustar un buen pulpo y un buen vino albariño. En los siguientes días, ampliamos la visita procurando abarcar lo más destacable de las Rías Baixas. Suelo salir los fines de semana en las noches de Pontevedra donde coincido con muchos amigos y compañeros de trabajo.

¿Qué perspectivas tiene de permanecer en nuestra provincia, es decir, baraja ubicarse aquí definitivamente o piensa en otros destinos?
Realmente es mi deseo poder terminar mi vida militar en la Brilat, pero no descarto un cambio temporal a otra ciudad de España.

¿Conocía anteriormente algo de Pontevedra y su entorno? ¿Qué sensación le ha causado?
He vivido, algunos años en la ciudad de Pontevedra y en Combarro (Poio) y son destinos turísticos que recomiendo a todos mis amigos.

DARÍO GARCÍA PEREIRA. Al contrario que la inmensa mayoría de sus compañeros, Darío García Pereira es pontevedrés; concretamente de Cangas, si bien sus tres primeros meses de vida transcurrieron en Moaña, pueblo natal de su familia paterna. Actualmente estudia el cuarto curso de formación de oficiales de vuelta en la Escuela Naval Militar, tras realizar el crucero de instrucción a bordo del Juan Sebastián de Elcano desde agosto hasta Navidad.

¿Qué le empujó a ver su futuro profesional en las Fuerzas Armadas y, más concretamente, en la Armada? ¿Cuál sería su aspiración dentro de la carrera militar? 
Mi padre es jefe de máquinas y casi toda su vida ha estado ligado a la mar. Todos los hijos, o muchos de ellos, quieren parecerse a sus padres y que éstos estén orgullosos. Ese fue uno de los motivos que me llevó a decantarme por la Armada, además de que desde pequeño me había llamado la atención el mundo militar. Quería un futuro que me ofreciese un alto nivel de actividad diaria, no quería estar sentado en un despacho toda mi vida; tener la oportunidade de viajar y conocer mundo; sentirme útil para la sociedad. En cuanto a aspiraciones, creo que todavía es pronto y prefiero pensar en objetivos más a corto plazo. Pero reconozco que me atrae la idea de ser piloto naval.


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¿Cómo es su día a día cuando no está dentro del recinto militar?
Sigo empadronado en Cangas, aunque durante la semana debido al intenso ritmo de la Escuela resulta casi imposible salir de ella. En cuanto a los fines de semana, suelo aprovechar para estar con la familia y desconectar un poco, o bien quedarme con mis compañeros por Pontevedra o aprovechando el tiempo libre para viajar y enseñarles los paraísos de Galicia.

¿En qué consisten sus consumos fuera del entorno militar?
Por ejemplo, cuando sale a tomar algo con los amigos, cuando vienen familiares de visita, cuando se desplaza a otros lugares... Es tradición entre los alumnos salir a 'La Farola', el bar que está frente a la Escuela. Es frecuente que los viernes nos juntemos allí para tomar algo y comentar cómo ha ido la semana. Sin embargo, en los días de permiso es habitual desplazarse hasta Bueu, Combarro, Cangas, Vigo, Pontevedra y zonas cercanas para degustar los mejores platos de la gastronomía gallega.

¿Qué perspectivas tiene de permanecer en nuestra provincia, es decir, baraja ubicarse aquí definitivamente o piensa en otros destinos?
En mi caso, la tierra me llama mucho y claro que es una opción vivir en la provincia de Pontevedra en un futuro. Pero cuando salga de la Escuela no me importaría ir destinado a otros lugares de España como Cartagena, Cádiz o Ferrol. Como dije anteriormente, uno de mis motivos para entrar en la Armada fue la posibilidad de conocer mundo.
 

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