Un choque térmico unido a la inhalación de monóxido de carbono fue la causa de la muerte de la última víctima de la violencia machista, fallecida el lunes en Chapela a manos de su expareja, que decidió inmolarse con ella tras provocar una bestial explosión de gas. El suyo fue el último caso de muerte por violencia de género en la provincia, cuando los ciudadanos aún no se habían recuperado del shock del asesinato de una joven en Vigo durante el período navideño. Los juzgados de Pontevedra tramitan una media de 42 denuncias a la semana y cuatro mujeres de la provincia piden socorro a las autoridades cada día a través del 016, según los datos más recientes ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
La cifra de denuncias se mantiene estable en los últimos años, según informan fuentes del Consejo General del Poder Judicial. Distinto es lo que sucede en cuanto al empleo del número de emergencias 016, cuyo empleo es mucho mayor en las épocas en las que trascienden los casos más graves de muertes producto del crimen machista.
Los datos procedentes del citado número de teléfono desvelan que en 2014 se efectuaron 1.305 llamadas de auxilio, una cifra que se incrementó en más de un 35 por ciento en 2015, hasta alcanzar las 1.979. Estos datos se corresponden con el período en el que se acumularon más fallecimientos por violencia de género desde que se tienen registros fiables en la provincia, con seis víctimas directas (algunas de ellas con el autor ya condenado, como la muerte de Concepción Reguera en Ponte Sampaio) y varias más indirectas, como pueden calificarse las dos niñas fallecidas a manos de su padre en Moraña.
Diecinueve pontevedreses cuentan con dispositivos de seguimiento por el riesgo de que reincidan en sus delitos de malos tratos
Las alertas al 016 se redujeron de forma alarmante, sin embargo, en 2016, año en el que solo se realizaron 1.524 llamadas, un 25 por ciento menos que en 2015. Analizando las estadísticas se extrae que las mujeres tienden a llamar más al número de emergencias cuando trascienden muertes por violencia machista, y dejan de hacerlo cuando se reduce el número de fallecidas.
En cuanto a las denuncias, las cifras fueron prácticamente idénticas en 2015 y en 2016. Tomando como referencia los tres primeros trimestres de ambos ejercicios, la media es en ambos casos de seis denuncias al día, según constata la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género en sus informes más recientes.
Otra cifra a tener en cuenta es el número de dispositivos de vigilancia implantados en personas relacionadas con este tipo de delitos con el fin de que cumplan las órdenes de alejamiento de sus exparejas que pesan sobre ellos. En 2016 hay 19 dispositivos activos, una cifra que duplica a la que se registraba en 2013 y que supera en un 30 por ciento a la de 2015.
Por otra parte, de los casos abiertos en la provincia, la gran mayoría están catalogados como de riesgo bajo, si bien existen 71 procesos cuyas víctimas padecen un nivel de riesgo medio, cinco con un nivel alto y una más que se enfrenta a un riesgo extremo.
La capital provincial fue escenario a última hora de ayer de una nueva concentración en repulsa del crimen machista, celebrada a las puertas de la Audiencia Provincial. El Concello de Pontevedra, por otra parte, estudia el trazado de un plan de trabajo para combatir esta lacra con las armas de las que dispone.
