"Estamos deseando poder empezar nuestra nueva vida en Marín"

Thais Correa y Fernando Montero ya son, oficialmente, marinenses de adopción. Después de vivir un infierno burocrático para evitar que su familia acabase durmiendo en la calle, por fin ven la luz al final del túnel. A finales de este mes o, a más tardar, principios del que viene, podrán trasladarse al piso de renta social que la Xunta de Galicia les ha reservado en la villa.

"Estamos contentísimos", cuenta Thais radiante tras saber que "se están agilizando los trámites" para que su nueva vida pueda dar comienzo lo antes posible. Y es que no ve la hora en la que pueda olvidar un episodio de sus vidas que casi les deja sin un hogar en el que cuidar a sus dos hijos, y al tercero, que viene en camino.

Todo comenzó con una orden de desahucio. Fernando y Thais, en paro y sin recursos suficientes, recurrieron al Concello de Vigo para rogarle que paralizara su situación. Allí fueron atendidos por la concelleira de Política Social. Sin embargo, lejos de sentirse arropados por la institución, el matrimonio cuenta que "nos mintieron y nos daban soluciones que no eran viables", como ofrecerles un mes de alquiler "para un piso que teníamos que buscar nosotros". El problema es que "al no tener contrato nadie nos alquila". Tampoco conseguían frenar el inminente desahucio "y no nos llamaban y los días pasaban". El punto de inflexión para el matrimonio llegó cuando, según cuentan, la concelleira amenazó a Thais con quitarle la tutela de sus hijos si su caso se hacía público.

Por eso, poniéndose el mundo por montera y afrontando la realidad que se les echaba encima, Fernando y Thais decidieron acampar frente al edificio del Concello vigués. Thais se deshace en halagos hacia sus hijos y asegura que su calidad de vida es igual que la de cualquier otra familia: "Ellos comen bien, tienen una educación perfecta y sacan sobresalientes".

Mientras esperaban algún movimiento por parte del Concello, el frío caló en Thais, que, con sus ocho meses de embarazo, tuvo que ser hospitalizada. La tensión pudo con ella, pero no lo suficiente como para tirar la toalla. Una vez recuperada "me fui a la Xunta". Y ahí fue donde comenzó a recuperar la sonrisa.

"Nos atendieron dos chicas amabilísimas, les llevamos toda la documentación que les deberían haber remitido desde Vigo y nos dijeron que no nos preocupáramos, que el desahucio por ahora no se podía parar pero que nos iban a dar una salida". Quedaron en llamar al matrimonio, que no se esperaba que, "hora y media después de salir de la Xunta" ya les ofreciesen dos alternativas habitacionales, una en Marín y otra en Salvaterra.

Escogieron Marín porque a ambos "nos tira el mar". El piso, que se encuentra en la zona centro del casco urbano de la villa, solamente les costará 100 euros al mes, "y solo tendremos que pagar a mayores la luz y el agua". Para ellos, un auténtico regalo, un final más que justo, pues "con la Risga que yo estoy tramitando y con la ayuda que mi marido va a pedir, podremos afrontar el coste perfectamente".

A mayores, continuarán con una página de Facebook, ‘Las cositas de Thais’, en la que revenden cosas que les donan a familias que, como ellos, están pasando algún tipo de apuro, y "que nos suponen algo de dinero extra al mes".

Los niños seguirán escolarizados en Vigo durante este curso, porque su madre considera que apartarlos ahora "sería un trastorno muy grande para sus estudios". Será el próximo año académico el que cursen en Marín.

Ahora, solo resta que los trámites les permitan iniciar su nueva vida en la villa, algo que ya ha ratificado la Comisión de Vivenda celebrada en Pontevedra a la que acudió el teniente alcalde, Manuel Santos, que confirmó "que el expediente cumple con todos los requisitos" para que puedan disfrutar del que será su nuevo hogar.