Al volante del Renault Talisman familiar

La versión familiar del este automóvil ofrece mucho más que una quinta puerta a la carrocería berlina

La versión familiar del Renault Talismán destaca por su mayor versatilidad, aunque mantiene unas formas con mucha personalidad y unas excelentes cualidades dinámicas, que hacen que cada viaje se transforme en una experiencia de lo más gratificante. Estas cualidades ruteras se potencian aún más en la versión 1.6 dCi de 130 caballos —la oferta del Talisman se completa con otras dos mecánicas diésel de 110 y 160 caballos y dos de gasolina de 150 y 200 caballos— en combinación con el sistema 4Control, de cuatro ruedas directrices, que es la que protagoniza esta prueba.La parte frontal de esta versión es similar a la de la carrocería berlina y mantiene el mismo aire de familia que el equipo de diseño dirigido por Laurens Van de Acker ha logrado imprimir a todos los modelos de la marca.

La peculiar forma de las luces diurnas dota al conjunto de una agresiva imagen e, incluso, contribuye a hacer que el coche parezca más bajo y ancho. En la parte trasera, esta versión familiar también mantiene los grandes grupos ópticos de la berlina, con unas led que atraviesan todo el portón y que se convierten en una de las señas de identidad de este modelo.

Estas formas atrevidas y contundentes del exterior tienen continuidad en el interior. El salpicadero, los paneles de las puertas y la consola central, presidida por la enorme pantalla central que integra todas las funciones de infoentretenimiento, se integran perfectamente entre sí, mientras que los enormes asientos destacan por su elevado nivel de confort tanto por su diseño como por las funcionalidades que pueden llegar a equipar, como son los reglajes eléctricos o los sistemas de ventilación y calefacción.

La calidad y buen ajuste de los elementos empleados también contribuyen de forma decisiva a crear esa atmósfera de lujo que se respira en el interior de este modelo. El único pero al excelente puesto de conducción es la situación de la palanca del cambio, un poco más retrasada de lo habital, lo que hace que la postura del hombro a la hora de cambiar de marchas resulte un poco más forzada.

En todo caso, el diseño general del habitáculo resulta muy acogedor, destacando el sistema de iluminación ambiental, que puede cambiar de tonalidad gracias al sistema Multi Sense, que hace que los viajes nocturnos resulten muy agradables para los pasajeros. La ausencia de vibraciones y el tarado de las suspensiones hace que, una vez en marcha, el Talisman se deslice con total suavidad sobre el asfalto.

A nivel mecánico, el motor 1.6 dCi de 130 caballos es un bloque de sobra conocido al estar presente en diferentes modelos tanto de Renault como de Nissan. Es una mecánica suave, que mueve con soltura a un conjunto que roza la tonelada y medio de peso y que, además, ofrece unos consumos bastante contenidos, en torno a los cinco litros de media cada 100 kilómetros en condiciones reales de uso.

BAJO CONTROL. Si a nivel mecánico, esta versión del Talisman cumple de forma positiva, es en el apartado dinámico donde este modelo saca lo mejor de sí para convertirse en un referente de su segmento.

El sistema de dirección a las cuatro ruedas, denominado 4Control, confiere al todo el conjunto un comportamiento excelente en carretera. En zonas viradas y curvas lentas, este sistema gira las ruedas traseras en sentido opuesto a las delanteras, lo que le permite redondear los virajes y aumentar la velocidad de paso por curva. Por el contrario, en maniobras urbanas a baja velocidad, el 4Control hace que las cuatro ruedas giren en el mismo sentido, lo que permite reducir al mínimo el radio de giro.

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