Monte Porreiro negocia la cesión de un edificio para las personas sintecho

El inmueble dispone de cuatro pisos y está situado al lado del Centro Cultural del barrio, en la calle Alemaña ►La asociación vecinal O Mirador quiere abrir una cocina económica para personas sin recursos en el bajo del bloque
Diéguez muestra dos productos con sello europeo del Banco de Alimentos del barrio
photo_camera Diéguez muestra dos productos con sello europeo del Banco de Alimentos del barrio

Un ejemplo de solidaridad y autogestión. En eso se ha convertido el barrio de Monte Porreiro en los últimos años, especialmente después de la dureza con la que la crisis ha golpeado a muchos de sus habitantes. La asociación de vecinos O Mirador, que gestiona varias iniciativas sociales en la zona, quiere ir un paso más allá en la ayuda que ya presta a las personas sin recursos. Por este motivo, su directiva negocia con la Xunta de Galicia la cesión de un edificio para los sintecho.

El inmueble dispone de cuatro pisos y está situado al lado del Centro Cultural, en la calle Alemaña. "A idea é habilitalas como vivendas para transeúntes. Queremos sacar da rúa á xente que durme nela (16, según el último recuento municipal en la ciudad)", explica el presidente de O Mirador, Carlos Diéguez, que señala que, en la actualidad, esta construcción no tiene ningún uso.

En caso de que las conversaciones fructifiquen y se llegue a un acuerdo con el Gobierno gallego, los vecinos han pensado ya en la posibilidad de convertir el bajo del bloque en una cocina económica. El proyecto tendría como objetivo que las personas más pobres del barrio puedan comerse un plato de comida caliente en sus propias casas, sin necesidad de acudir a comedores sociales. En principio, el servicio consistiría en la preparación de distintos menús que los beneficiarios recogerían en este lugar para disfrutarlos en la intimidad de sus hogares.


Los vecinos buscan nuevos proveedores para el Banco de Alimentos, un servicio que comenzó en 2014 y que atiende a 116 familias


La puesta en marcha de ambas iniciativas dependerá de la implicación de las administraciones, no solo del Ejecutivo autonómico, sino también del Concello de Pontevedra o de la Deputación, que podrían convertirse en colaboradores necesarios de la misma a través de la aportación de recursos de distinto tipo.

BANCO DE ALIMENTOS. El proyecto en el que sí confluye la colaboración de varias instituciones es el del Banco de Alimentos de Monte Porreiro. Diéguez recuerda perfectamente los motivos de la apertura de este servicio. "Comezamos en setembro de 2014 cando unha familia do barrio veu a pedirnos axuda porque non tiña para comer. Entón, buscámoslle unha solución", explica.

Aquel fue el primero de muchos casos. "Empezamos a decatarnos de que había moitas familias ás que lles era moi difícil conseguir sustento alimenticio. Aí comezou a nosa labor", añade.

Y ese trabajo, en el que colaboran de forma altruista la directiva de la asociación vecinal y que gestiona un equipo formado por siete personas, la mayoría mujeres, es fundamental para asistir a los usuarios del centro: 116 familias. "Tamén axudamos a algúns veciños dos arredores de Monte Porreiro, porque aquí non se lle negan alimentos a ninguén", subraya Diéguez.

El reparto de comida del centro, que ocupa un local cedido por el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) en la calle Luxemburgo, se realiza cada ocho o diez días. Aún así, los vecinos quieren que las entregas se hagan cada menos tiempo, preferiblemente cada semana.

Por otra parte, la directiva de O Mirador ha iniciado una ronda de contactos con proveedores para aumentar su oferta de productos. "Estamos facendo xestións para que o que se entrega non sea o que se espera dun banco de alimentos ó uso, senón poder ofrecer carne ou peixe", apunta el presidente de la asociación vecinal.

La despensa del Banco de Alimentos, en la que se guardan hasta tres toneladas de mercancía, hay casi de todo. Además de los productos que envía la Unión Europea -identificados con un sello y que tienen prohibida su venta-, la instalación dispone de comida para niños de entre cero y cuatro años, muy poco habituales en este tipo de almacenes sociales.

HUERTA ECOLÓGICA. La nueva etapa del Banco de Alimentos de Monte Porreiro contará con un importante aliado: la huerta ecológica que O Mirador pondrá en marcha en el barrio. La parcela, situada al lado del centro de salud y de propiedad municipal, comenzará a prepararse entre febrero y marzo para iniciar el cultivo de verduras y hortalizas. "Os productos que se cultiven aí irán na súa inmensa maioría para o Banco de Alimentos", comenta Diéguez.

El líder vecinal asegura que los primeros frutos de esta huerta, en la que se usará el compost procedente del reciclaje de los restos de comida del barrio, podrán recogerse este mismo año.

Para poder impulsar todas estas iniciativas sociales, O Mirador ha cambiado de estatutos y de régimen para poder prestar este tipo de servicios y acceder a ayudas públicas como las que le acaba de conceder el Gobierno central. "Aquí veñen familias que se quedaron sen traballo. Por moito que se diga, con 400 euros ó mes non se vive", reflexiona el presidente del colectivo, que recuerda emocionado la ayuda desinteresada del triatleta Javier Gómez Noya, que reunió 5.000 euros (1.250 de su propio bolsillo) para el Banco de Alimentos, y pide más implicación política contra la pobreza. "Moitos gobernantes aínda non teñen a suficiente conciencia do problema que estamos vivindo", concluye.