El cartógrafo de Galicia

Hace dos siglos Domingo Fontán emprendió la aventura de recorrer Galicia, a pie y a caballo, para elaborar el primer mapa realizado siguiendo un método científico. La precisión de su documento no fue superada hasta que se utilizaron satélites para realizar las mediciones
Imagen de un mapa
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"Nuestra madurez intelectual como personas puede remontarse a la forma en que trazamos los dibujos de nuestro entorno. Comenzamos con representaciones primitivas y literales del terreno que vemos a nuestro alrededor, y vamos avanzando hacia representaciones cada vez más precisas y abstractas del espacio geográfico y topográfico", expone Nicholas Carr en ‘Superficiales’, un libro cuyo subtítulo es una pregunta: ‘¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?’. Este proceso "representa una revolución de los modos de pensar", concluye el prestigioso cartógrafo estadounidense Vicent Virga.

Hace 200 años, Domingo Fontán Rodríguez (Portas, 1788-Cuntis, 1866) iniciaba una fascinante empresa, cargada de utopía y romanticismo, que iba a concluir con la publicación de la primera carta geográfica de Galicia utilizando un método científico, denominado triangulación geodésica. Su labor comenzó en 1816 y concluyó en 1934, dotando a esta comunidad de una herramienta de la que no disponían entonces en ninguna otra región de España.

EL PALOMAR. Domingo Fontán comenzó sus trabajos preliminares convirtiendo el palomar de un amigo, situado en Sigas (Ordes), en una estación geodésica, y en 1917 fijó la posición geométrica y astronómica de la torre del reloj de la Catedral de Santiago, para lo que se valió de los instrumentos cedidos por la Universidad.

La grandiosa aventura comenzó convirtiendo un palomar situado en una aldea de Ordes en una estación geodésica

Cuando dispuso de un instrumento de medición llamado teodolito, que se usa para obtener ángulos verticales y horizontales y está dotado de herramientas auxiliares para medir distancias y desniveles, un buen día se dispuso a recorrer Galicia, a pie y a lomos de un caballo. Había encargado dicha herramienta a un óptico de París.

"Se echó a los caminos para convertirse en un personaje celebérrimo en cada comarca por la que iba pasando, y al que los campesinos trataban con una mezcla de reverencia y conmiseración, las que merecía un sabio que tenía el comportamiento de un loco", escribe Miguel Anxo Murado en el libro titulado ‘Otra idea de Galicia’.

Lo hizo en solitario, durante las vacaciones, financiándose con sus propios medios y alguna ayuda puntual que conseguía no sin poco esfuerzo y después de vencer la desconfianza que generaba la propuesta de un hombre ilustrado en un país dominado por las sombras de la incultura y la superstición.

En el monumental documento que elaboró están registradas en torno a 4.000 iglesias esparcidas por miles de parroquias y los accidentes geográficos están reflejados con una precisión que no fue mejorada hasta que fueron usados satélites para realizar los mapas.

"Fontán rayó entre lo mítico y lo poético, porque a lo largo de sus diecisiete años de recorridos, llegó a conocer personalmente a casi todos los gallegos vivos en aquel momento, además de todos y cada uno de sus pueblos, valles, ríos y montañas", expone Murado.

Domingo Fontán realizó esta monumental obra superando obstáculos como el que le pusieron quienes gobernaban durante la época absolutista de Fernando VII, época en la que fue separado de su cátedra de Matemáticas Sublimes de la Universidad de Santiago, en 1923, cargo en el que fue respuesto tres años después.

Como diputado del Partido Liberal en las Cortes, luchó contra el caciquismo en Galicia y abogó por la eliminación de los fueros


Su trabajo finaliza en las montañas entre Lugo y Asturias, en 1833. Un año después el Tribunal Mayor de Cuentas le exige que demuestre el destino de 7.000 duros que recibió procedentes de las arcas públicas, demanda de la que lo exonera poco después.

Muerto Fernando VII, en 1834 presentó el trabajo a la reina María Cristina de Borbón, con la finalidad de que ordenase su impresión, pero deberá aguardar hasta 1845. Esta labor fue realizada en la imprenta Bouffard, de París, a la que el cartógrafo y matemático de Portas acudió para supervisar los trabajos.

500 EJEMPLARES. En el verano de 1847 llegaron a Galicia los primeros 500 ejemplares. A continuación fueron realizadas dos tiradas más, de 300 y 250. "Se compone de doce grandes hojas, tamaño 600x700 milímetros, en una escala 1:100.000, llevando al lado de la escala en kilómetros otra en leguas de 20.000 pies y una tercera en millas, de 60 de largo. Las alturas sobre el nivel del mar van dadas en varas castellanas, equivalentes, cada una de ellas, a 835 milímetros", precisa el historiador Xosé Vila Fariña.

Domingo Fontán fue secretario de la Deputación de Galicia, y como diputado por el Partido Liberal luchó contra el caciquismo y por la abolición de los fueros. En su faceta de empresario, se hizo cargo de la fábrica de papel de Lousame (A Coruña), heredada de su padre, y realizó valiosas aportaciones en el trazado de la primera vía del ferrocarril, entre Cormes (actualmente en el concello de Santiago) y Carril (Vilagarcía), entre Santiago, Betanzos y Ferrol y de la red carreteras, además de haber dirigido el Observatorio Astronómico de Madrid.

Falleció el día 24 de octubre de 1866 en Cuntis, adonde había acudido a tomar las aguas.

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