'‘O Almacén de Loira', el sueño de un indiano

La fábrica de salazón fue creada a finales del siglo XIX por un emigrante retornado natural de Santo Tomé de Piñeiro
Estado actual de la factoría
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Junto a la playa de Loira aún se conservan los vestigios de una fábrica de salazón, una de las pocas construidas por gallegos, ya que la mayoría de las que se pusieron en marcha en las Rías Baixas fueron promovidas por empresarios catalanes. Se conoce como ‘O Almacén de Loira’ y fue construida a finales del siglo XIX por el emigrante marinense Gonzalo Malvar Fontenla. Esta infraestructura, que actualmente se encuentra muy deteriorada por el paso del tiempo, podría convertirse en un museo dedicado al mar. Esa es al menos la propuesta que lanza el Grupo Cultural Ronsel, que este año dedica la Semana do Mar a los museos e ilustra el folleto promocional con la antigua factoría de Loira.

"O Almacén de Loira ten unha historia centenaria", comienza explicando Carlos Villegas, de Ronsel. Los inicios de esta fábrica se remontan a 1873, cuando el inmigrante retornado, natural de Santo Tomé de Piñeiro, compró los terrenos al Concello de Marín, concesión ratificada dos años después por la Deputación de Pontevedra. Malvar Fontenla figura como ‘fomentador de salazón’, según explica Lino J. Pazos en un libro dedicado a estas infraestructuras.

"Cando chega de América, Gonzalo Malvar Fontenla decide investir nalgo produtivo naquela época, que é a salazón de sardiñas", explica Villegas. Así, el indiano levanta su vivienda y, junto a ella, la fábrica de salazón.

Además, primero se construye una pequeña rampa para descargar el producto con una grúa que fue desmantelada en 1905 y, más tarde, en 1901, se preparó un muelle. Además, entre el muelle y el muro de contención de la finca hay una caseta para guardar los aparejos, que construyó un cantero de Lapamán en 1907.

Malvar Fontenla falleció prematuramente y el negocio quedó a cargo de Valeriano Carballal Touza, esposo de su única hija, Carmen Malvar Portela. La salazón funcionó pocos años más, ya que Carballal Touza también falleció relativamente joven.

"É unha fábrica que funcionou moi pouco tempo, polo que o material está practicamente sen uso", explica Villegas. "Por iso a xente de Loira non recorda ver traballar esta fábrica", añade.

"Nós veriamos con moito agrado que no día de mañá se convertese nun museo do mar", explicó Antón Pousada, presidente del grupo cultural Ronsel. "É unha carencia que ten Marín", apostilla Xosé Vilas.

"Cremos que Loira é o sitio axeitado. Á parte do seu contorno fermoso, está a desembocadura do río, o peirao que pertenceu ao Almacén e que a Ruta das Praias pasa pola porta. Sería unir todo", afirma Villegas.

Vilas destaca, además, que la propiedad, hoy en día en manos privadas, "conta con 16.000 metros cadrados de terreo" que completaría el atractivo.

En este sentido, Pousada destaca que una instalación de estas características podría atraer a un importante flujo de visitantes, que se traduciría en ingresos económicos.

"Trátase de volver a lanzar a idea e de tomar conciencia do bo que será que algunha entidade oficial ou institución se preocupara por facer un museo neste espazo", subraya el presidente del grupo cultural.

Actualmente estas instalaciones son privadas, por lo que creen necesaria la intervención de alguna administración.

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