La sensación de incertidumbre y un cierto temor agitan estos días el sur de Ourense, donde varias personas dicen haber visto a O Piloto, como apodan a un despiadado asesino portugués que tiene en vilo a las autoridades del país vecino. En los últimos quince días dejó un largo reguero de sangre: le voló los sesos a dos compatriotas suyos por interponerse en su camino y dejó a otros tres heridos de gravedad. Sabe que cuando lo cojan le espera una larga temporada a la sombra y se cree que no le temblaría el pulso si tuviese que volver a apretar el gatillo.
Por eso Portugal ha desplegado un extraordinario dispositivo con más de 2.000 efectivos, incluido el Ejército, para dar con él, al tiempo que se advierte a los vecinos de su peligrosidad y se aconseja que bajo ningún concepto le planten cara. Las mismas recomendaciones que ofrece la Guardia Civil -que colabora en el operativo- en diversos carteles repartidos por las poblaciones más meridionales de Ourense, ante el temor de que O Piloto, de 44 años y cuyo nombre real es Pedro Dias, pueda haber cruzado la raia. Desde la subdelegación del Gobierno en esta provincia aseguran que no hay indicios de ello y transmiten un mensaje de tranquilidad a la población, que contrasta con una sucesión de testimonios que no llaman precisamente a la calma.
Pedro Dias mató de un tiro a un policía que lo paró por un robo. Huyó, se hizo con un coche tras asesinar al dueño y se escapó en él
Las alarmas saltaban el pasado martes 18, cuando el propietario del bar Estanco, en Sandiás, aseguraba haber atendido al prófugo. Dice que le sirvió un refresco y fue a prepararle un bocadillo a la cocina pero, cuando volvió para servírselo, ya se había ido. Su hipótesis es que se percató de las cámaras de seguridad y huyó. Las grabaciones están siendo revisadas por la Guardia Civil, sin que hayan trascendido resultados. Al día siguiente, un particular en Ourense llamó para alertar de que se había cruzado con Pedro Dias en el centro comercial Ponte Vella. Y este martes, otra persona aseguró haberlo visto al volante de un BMW negro en Xinzo de Limia, concretamente en la céntrica calle Dous de Maio.
¿SE ESCONDE EN EL MONTE? Los citados avistamientos trazan un radio triangular por el que podría moverse O Piloto en caso de que haya penetrado en la comunidad. Entra dentro de la lógica, pero los investigadores ven extraño -aunque sin descartarlo- que el prófugo se adentre en cascos urbanos ante el riesgo de ser reconocido. Por eso restan consistencia a la hipótesis de que estuviese en Ourense y en el centro de Xinzo, aunque por el contrario parecen dar credibilidad a la declaración del dueño del bar de Sandiás. Como sucede en estos casos, también trabajan con otras vías, y en cuanto a testigos no faltan quienes dicen haberlo visto en Burgos y Salamanca.
Con todo, las autoridades lusas apuntan a que el forajido puede estar oculto en el monte. Y es que Pedro Dias estuvo en el ejército portugués, destinado en África, y allí recibió entrenamiento militar que le permitiría sobrevivir en el paraje más inhóspito. Según estas informaciones provenientes del país vecino, sabe construir refugios para resguardarse de las condiciones meteorológicas adversas o cómo fabricar utensilios para cazar. Una suerte de Rambo, aunque en el lado del mal.
Tras acabar con la vida de dos personas, la Guardia Civil pide a los ciudadanos que no se enfrenten a él; es extremadamente violento
Y en base a estas sospechas, la Polícia Judiciária y la Guarda Nacional Republicana (GNR) lusas, junto a la Policía Nacional y Guardia Civil, peinan palmo a palmo las zonas boscosas de la frontera. Al otro lado del Miño, la precaución es tal que incluso se prohibieron las jornadas cinegéticas ante el temor de que los cazadores puedan cruzarse con Pedro Dias y que la pólvora -se cree que él también va armado- pueda desencadenar un fatal desenlace.
PERIPLO CRIMINAL. O Piloto nació en Angola, en el seno de una familia portuguesa acomodada, y a una corta edad se trasladó a su país de origen. Regresó años más tarde al continente africano para realizar el servicio militar y obtuvo una licencia para manejar aviones, de ahí su sobrenombre. Divorciado y con una hija, su nombre tampoco sorprendió a las autoridades lusas. Según informa el diario luso Observador, había sido detenido por traficar con animales protegidos -monos y aves- que precisamente traía desde África, además de estar implicado en más de un robo.
Pero el pasado 11 de octubre se le fue de las manos. Una patrulla de la GNR que lo buscaba por un atraco lo localizó en su coche en Aguiar da Beira. Pedro Dias mató de un disparo en la cabeza a uno de los agentes, de 29 años, y dejó malherido a su compañero, al que obligó, mientras se desangraba, a que borrase su nombre de la lista de sospechosos y la difundiese. A las pocas horas se dirigió a una pareja de veinteañeros para robarles el coche. El chico, de 25, se resistió, y falleció de un balazo en la cabeza. En ese turismo se montó Pedro Dias para emprender su huida. Lo vieron en Vila Real, a 100 kilómetros de Galicia, y su paradero es ahora una incógnita.
