La relación comercial entre China y Pontevedra está en ascenso y es en sentido bilateral, pero muy poco equilibrada. La balanza se decanta claramente por las ventas que se realizan desde la República Popular con destino a las Rías Baixas, hasta tal punto que las importaciones de productos asiáticos casi triplican a las exportaciones que realizan las empresas pontevedresas con rumbo el país del sol naciente.
Las estadísticas oficiales descubren que la provincia invirtió en 2015 algo más de 300 millones de euros (300.665.000 euros) en la adquisición de productos chinos, a razón de unos 820.000 euros diarios. ¿Qué ocurrió en el sentido inverso? Que también hubo negocio, pero en unas proporciones mucho más reducidas, dado que las exportaciones de Pontevedra a China fueron por valor de 120 millones (120.197.000 para ser más exactos). El comercio entre los dos territorios abarca un amplio abanico de productos que va mucho más allá de los utensilios que uno se encuentra en los típicos bazares chinos. De hecho, el 25% de las importaciones estuvieron relacionadas con el mundo de la alimentación y alcanzaron el montante de 78 millones de euros.
Las cifras del Instituto Galego de Estatística (IGE) precisan que, dentro del sector alimenticio, Pontevedra invirtió 37,8 millones en pescados y mariscos, 19,5 en gomas, resinas y extractos vegetales y 18,4 en preparados de carne, pescado y moluscos, curiosamente unos de los productos estrella del tejido empresarial pontevedrés.
Desde el año 2000 China multiplicó por siete el importe de las ventas que realiza en la provincia pontevedresa
Otro 25% de las importaciones chinas son de máquinas, aparatos electrónicos y material eléctrico, sin duda, uno de los puntos fuertes de la marca made in China. El tercer sector que generó más compras fue el textil, sobre todo pieles y productos hechos con este material (valorados en 24,2 millones) y calzado y accesorios (14,2 millones). Además, cabe reseñar la importación de metales comunes como el hierrro (32,4 millones) y la compra de caucho, que generó transacciones por valor de 17,2 millones.
EXPORTACIONES. A la inversa, el sector de la automoción es el que encabeza la clasificación de las exportaciones pontevedresas a China. Tanto es así que una de cada tres operaciones comerciales de este tipo (el 32,5%) estuvo relacionada con la venta de vehículos, en los que China invirtió 39 millones (en gran parte gracias la presencia de una planta de PSA Peugeot-Citröen).
El 29% de las exportaciones correspondieron al mundo de la alimentación y, por contradictorio que parezca, la venta de pescado y marisco también se llevó buena parte del pastel con una facturación de 31,4 millones. La venta de máquinas y aparatos electrónicos también tuvo lugar en esta dirección, de Occidente a Oriente, pero, como era de suponer, en unas dimensiones mucho más pequeñas, puesto que en este caso el negocio se quedó en los 12,3 millones de euros. Con la piel sucedió un poco lo mismo. Pontevedra exportó materia prima y productos hechos con este material, solo que por un valor (11,6 millones) bastante inferior al de las importaciones hechas desde China.
EVOLUCIÓN. Las relaciones comerciales entre ambos países han ido a más en los últimos años, aunque si se echa mano de la comparación, China es la que vuelve a salir ganando. Desde el año 2000, las ventas que realiza en la provincia pontevedresa se han multiplicado por siete, pasando de una facturación de 43,3 millones de euros a superar los 300.
Pontevedra, por el contrario, ha multiplicado sus exportaciones a China por cinco, pasando de unas operaciones valoradas en 24,4 millones en el año 2.000 a sobrepasar los 120.
