El avión privado de Cristiano Ronaldo sufrió el pasado lunes un accidente al aterrizar en el aeropuerto de El Prat en Barcelona. Ni el futbolista ni ningún miembro de su familia se encontraban a bordo cuando se produjo el suceso que, afortundamente, no dejó ningún herido gracias a la pericia del piloto, que se llevó un buen susto. Eso sí, no pudo evitar que la aeronave, que el delantero adquirió por casi veinte millones de euros, se saliese de la pista en el momento del descenso.
Y es que el jet del delantero portugués, un Gulfstream G200, perdió el tren de aterrizaje cuando se disponía a tomar tierra. Se rompió y el piloto tuvo que utilizar todas sus habilidades de maniobra para evitar daños mayores. El percance obligó a cerrar una de las pistas del campo de aviación.
CR7 se encontraba en Alemania, concentrado con el Real Madrid para el partido de Champions League que enfrentó al conjunto blanco con el Borussia Dortmund. Cuando no utiliza su avión, lo cede a una empresa que se encarga de alquilarlo para que otras personas viajen en él. Tiene capacidad para 8 pasajeros y 2 personas de tripulación, alcanza una velocidad máxima de 900 km/h y tiene 19 metros de largo y 6,5 de altura.
