Miles de gallegos desafían los rigores del cálido verano con sus trabajos a pleno sol

Este verano viene cargado de cielos despejados y un calor intenso. Después de un julio donde la influencia anticiclónica se ha notado en Galicia dejando altas temperaturas y largas jornadas playeras, estas se están manteniendo en agosto.

Los termómetros llegaron a alcanzar temperaturas superiores a los 40 grados en puntos de la geografía gallega, especialmente en las provincias de Ourense, Pontevedra y sur de Lugo. Y aunque se acabe agosto, aún habrá más sol.

Pero el calor no siempre es sinónimo de vacaciones. Para muchas personas —miles en Galicia— representa un obstáculo a la hora de desarrollar sus tareas profesionales. Y es que se ganan la vida con trabajos que los obligan a estar expuestos durante largas jornadas laborales al intenso sol. El bochorno y las elevadas temperaturas convierten muchos empleos en oficios de riesgo que hacen que los profesionales sufran en mayor medida las consecuencias de este tórrido verano. Las labores de socorristas, albañiles o agricultores son de las más sofocantes.

Aquellas que requieren un esfuerzo físico son todavía más peligrosas, como los obreros, que toman precauciones con casco o guantes que los acaloran todavía más. Y ya no digamos los operarios de la lucha contra el fuego, que estos días están teniendo trabajo extra por toda Galicia.

Los fogones de las cocinas también afectan y se suman al bochorno que sufren camareros y cocineros que trabajan en restaurantes, bares o chiringuitos de playa. "No hay donde refrescarse porque fuera aprieta el sol y en la cocina el calor se hace insoportable", cuenta una cocinera. Taxistas, conductores de autobús y hasta profesores de autoescuela también se ven perjudicados. "El coche parece un invernadero y el contraste del aire acondicionado con el calor que hace fuera te acaba sentando mal. Tienes que pasear cinco minutos entre clase y clase para espabilarte", afirma Maruja, profesora de autoescuela.

ALGUNOS CONSEJOS. Con el fin de evitar golpes de calor o cualquier problema asociado, resulta aconsejable seguir las siguientes recomendaciones:

A la sombra. Se debe permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, climatizados o a la sombra y refrescarse cuando se necesite. Ayudan las persianas y cortinas y una buena ventilación.

Hidratarse. Hay que beber más líquidos de lo que uno acostumbra. No se debe esperar a tener sed para hacerlo, independientemente de la actividad física que se realice.

Evitar la cafeína. Con temperaturas muy elevadas no se recomienda consumir líquidos con cafeína, azucarados o alcohol.

Alimentación. Comidas ligeras ayudan a reponer las sales perdidas por el sudor, como ensaladas o frutas. Los alimentos se deben consumir tras su preparación para evitar que se descompongan.

Ropa ligera. Usar ropa ligera y de colores claros ayuda a protegerse del sol. Complementos como el sombrero o la gorra para la cabeza refuerzan la seguridad. En caso de ir a la playa o a la piscina, la sombrilla resulta de gran utilidad.

Horario. Hay que evitar exponerse al sol en los tiempos de mayor radiación, entre las 11.00 y las 15.00 horas. En caso de realizar actividades físicas, el momento más adecuado para hacerlo son las primeras horas del día.

Vehículo. No permanecer nunca en un vehículo estacionado o cerrado. Especial cuidado con niños, mayores, enfermos y mascotas.

Grupos de riesgo. Aunque cualquier persona puede sufrir un golpe de calor, hay que prestar especial atención a los grupos de riesgo que son bebés y niños pequeños, personas mayores y los enfermos crónicos.

Medicinas. Mantener las medicinas en algún lugar fresco ya que el calor puede alterar su composición y sus efectos.

Pedir ayuda. Acudir al médico en caso de experimentar síntomas de enfermedad que puedan estar relacionados con las altas temperaturas: asfixia, fatiga...