Se acabó la racha

La representación pontevedresa, que desde Atenas 2004 siempre había logrado metales en los Juegos Olímpicos, regresa de Río de Janeiro con las manos vacías
Rodrigo Germade y Óscar Carrera, con sus compañeros de K-4
photo_camera Rodrigo Germade y Óscar Carrera, con sus compañeros de K-4

Catorce deportistas portaron la bandera gallega hasta Río de Janeiro. A su regreso, su palmarés había aumentado en un oro y cuatro diplomas olímpicos. Pero, por encima de todo, volvieron con el orgullo de la lucha, del esfuerzo y de haber llegado a unos Juegos Olímpicos.

El piragüismo gallego mostró su mejor versión. Un sexto puesto de la canguesa Teresa Portela en la modalidad de K-1 200 sumado al quinto de Rodrigo Germades y Óscar Carrera en K-4 1.000 y el oro del lucense Cristian Toro y Saúl Craviotto en la disciplina de K-2 200 demostró la magia de este deporte.

La kayakista hizo vibrar a una localidad que no quería pestañear. La canguesa consiguió dos gloriosas clasificaciones, primero para la semifinal, con el tercer mejor tiempo de su serie, y después hizo lo propio para colarse de cabeza en la final tras lograr cruzar la línea de meta como segunda y clasificarse con el tercer mejor tiempo. Rozó la gloria olímpica con la punta de los dedos, pero, finalmente, en la prueba más exigente, quedó relegada al sexto puesto, esfumándose tras él un sueño que venía persiguiendo cinco Juegos Olímpicos consecutivos. Su diploma premia todo el trabajo realizado durante meses, es esfuerzo realizado para llegar, una vez más, a la cita olímpica y conseguir hacer un buen papel.

Los palistas de Cangas y Tui no lograron regresar con presea, pero sí con un diploma olímpico que pareció escaso con las expectativas que se habían puesto en ellos. Ambos deportistas debutaban en la experiencia olímpica, a la vez que la representación española regresaba en la disciplina del K-4 1.000 a los Juegos después de 20 años de ausencia. El equipo español, completado por Javier Hernanz e Íñigo Peña, se hizo con un puesto en la disputada final, en la que la embarcación en la que remaban los gallegos no pudo quedar por encima del quinto puesto. Fue un jarro de agua fría que el propio Carrera reconoció, aunque eso no es motivo para infravalorar el gran logro conseguido para el piragüismo nacional en este evento.

Por otro lado, la vela española, con los pontevedreses Támara Echegoyen y Fernando Echávarri en las modalidades de 49er Fx y Nacra 17, respectivamente, se presentaba a los Juegos de Río con la intención de seguir siendo el deporte nacional con más medallas en este evento mundial. Pero Brasil no le otorgó ni una sola.

Támara Echegoyen fue la ilusión y la decepción. No se repitió la gran hazaña de Londres. No pudo ser. La regatista pontevedresa sostuvo por un tiempo la medalla que le colgaban todos los aficionados tras llegar como primera a la Medal Race. Pero se le escurrió de las manos con una durísima séptima plaza que hizo que ella y Berta Betanzos cayesen de golpe hasta un cuarto puesto en la clasificación general, lo que les dejó a las puertas del metal.

La suerte tampoco ha acompañado al patrón del Nacra 17. Se presentaba en Río dos años después de volver a enfundarse el neopreno, y ocho después de colgarse el en Londres junto a Antón Paz en el Tornado. Pero esta vez el final fue menos alegre. Tras un cuarto, décimo y sexto puesto en las diversas series, un empate a puntos con los regatistas brasileños hizo recurrir al cómputo general de puestos que excluyó de la Medal Race relegándolos a la undécima plaza. Un palo que borró de un plumazo las opciones de medalla de la pareja Echávarri-Pacheco. Iago López Marra tampoco puso traer una presea de la 49er masculina, en la que consiguió llegar a la Medal Race para hacerse con una sexta plaza.

En la semana del atletismo, fue la hora de los pontevedreses Frank Casañas y Jean Marie Okutu. El discóbolo hispano-cubano se quedó muy lejos del pase a la final. Con un primer lanzamiento nulo que le obligó a apretar en los dos siguientes, no pudo más que conformarse con el 25º puesto. Aunque logró superar su segundo lanzamiento en el tercer intento, no fue suficiente, ya que terminó con un registro de 59 ,96 metros, muy inferior a los 65, 50 requeridos para entrar directamente en la final y lejos también de la marca del último clasificado para la siguiente ronda, 62,68. Esos metros que lo dejaron fuera de la que sería su tercera final en los quintos Juegos Olímpicos disputados. Okutu no pudo igualar la marca con la que había logrado un billete para la ciudad carioca y se quedó con 7,75 m., a diez centímetros del último clasificado para la final.

Además, el tirador de As Pontes Miguel Alvariño cayó eliminado en dieciseisavos ante los grandes opositores a la medalla, mientras que la lucense Alessandra Aguilar tuvo que abandonar la dura prueba de maratón a los 25 kilómetros por un golpe de calor. Las coruñesas Paula Medín y Vanessa Rial impulsaron el rugby español logrando un meritorio séptimo puesto. En natación, María Vilas tampoco pudo optar a medallas en ninguna de sus participaciones.

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