Vive en Plymouth, Reino Unido, y se dedica a la divulgación científica. ¿Le apasiona su trabajo?
Mi trabajo tiene dos funciones: educar sobre los polos (cambio climático, glaciares) e inspirar y motivar. En mi empresa, somos gente joven con experiencias de primera mano en regiones polares. Viajo por todo Reino Unido frecuentemente. Me parece un trabajo muy enriquecedor, satisfactorio, que permite generar un efecto positivo en los demás.
Ha ganado el certamen humorístico Famelab España, de monólogos científicos, con un speech sobre hormigas. Poco después, el segundo premio en el Famelab internacional, con una parodia sobre cigarras. ¿Pasión por los insectos?
La verdad es que tengo devoción por dos cosas: los insectos y las regiones polares. Me gustan las hormigas, lo que es un poco paradójico, porque hay hormigas en todo el mundo excepto en los polos. Mi afición por los insectos viene de lejos. Cursé un máster en la universidad inglesa de York que me permitió participar en un proyecto en el que... tenía que matar hormigas. La invasora de jardín es una especie extranjera, viene generalmente de Turquía y causa problemas. Se ha extendido a varios países de Europa, entre ellos Reino Unido. Tratamos de averiguar qué pesticida era el más eficaz para acabar con la invasora y así proteger a las hormigas autóctonas.
¿No establece un cierto paralelismo entre esa investigación de York contra la hormiga foránea y el Brexit? En este sentido, ¿en qué afectará el live a la comunidad científica europea?
Estoy de acuerdo. Los resultados del brexit pueden afectar a la ciencia, porque esta también se basa en la comunicación y la cooperación entre investigadores, países, culturas. Reino Unido ha levantado una barrera. Me gusta la idea de Europa, de un mundo sin fronteras entre las personas y por supuesto del movimiento, la libre circulación e intercambio de la ciencia, del conocimiento. También podría afectar al medioambiente británico. Las políticas medioambientales de la Unión Europea son bastante eficaces. Si Reino Unido se va, modificará diversas políticas entre las que podrían incluirse las medioambientales. A mi entender, el poder del grupo es muy importante, tal y como digo en mi monólogo sobre las hormigas. El individualismo es una vuelta atrás.
"Las cigarras viven 17 años, por ejemplo, y la hormiga reina no dirige la colonia"
Usted es la primera mujer en ganar el certamen de humor y ciencia en España. ¿Sigue siendo el científico un mundo fundamentalmente masculino?
Ha dejado de serlo. Siempre he tenido compañeras en laboratorio. Pero sí que es verdad que en mi trabajo actual hay situaciones que me han sorprendido. Visito instituciones educativas de todos los niveles, por todo Reino Unido y les hablo de mi experiencia en el Polo Norte. Cuando acudo a colegios e institutos, muchos jóvenes esperan que aparezca un hombre. En los centros les preparan o avisan para recibirme. "Va a venir una persona de la comunidad científica para hablarnos del Polo Norte", y entonces aparece una mujer de 26 años. A la mayoría le descoloca. Asocian la investigación con el espíritu aventurero y el riesgo, probablemente como una condición vinculada al sexo masculino, algo que no es así.
¿Por qué se presentó al concurso de monólogos?
Fue de rebote. Me gusta la ciencia y me gusta escribir. Un amigo me comentó lo del Famelab. Decidí intentarlo principalmente para compartir temas de ciencia y utilicé el humor porque eran los requisitos del concurso, que es una plataforma de divulgación científica. La ciencia no es aburrida, es divertida porque es sorprendente y todo lo que causa asombro, al final, tiene chicha. En el campo de la biología, por ejemplo, las cigarras viven 17 años y la hormiga reina no dirige la colonia. Con esta información un chiste entra muy bien. Se trata de sembrar una semilla de interés en un público que inicialmente no lo tendría.
¿Compatibilizará su trabajo con posibles colaboraciones en la industria cultural?
SÍ, siempre que tenga la oportunidad de divulgar ciencia, lo haré. Lo disfruto.
