Los mariscadores de la ría de Arousa piden la regulación de los embalses

La oscilación en el nivel de la salinidad del agua causó un descenso de la producción en la campaña pasada que cifran en siete millones
Imagen del embalse de A Baxe, situado en Caldas de Reis
photo_camera Imagen del embalse de A Baxe, situado en Caldas de Reis

La apertura periódica que se realiza en los embalses de Portodemouros y Caldas de Reis provoca importantes perjuicios económicos al sector marisquero derivados de la llegada de grandes masas de agua dulce a la Ría de Arousa en los lugares donde desembocan los ríos Ulla y Umia.

El presidente de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa (PDRA), Xaquín Rubido, cifró en más de un millón de euros el daño provocado durante la última campaña como consecuencia del descenso del nivel de salinidad.

En este balance no figuran los parques de cultivo de almeja de Carril, y el patrón mayor de esta Confraría, José Luis Villanueva, elevó esa cifra a "seis o siete millones de euros".

Estas declaraciones fueron realizadas en una rueda de prensa celebrada este martes en la Confraría de Carril, durante la presentación de un estudio, elaborado por la Universidade de Vigo, cuyos resultados confirman las denuncias realizadas por los representantes del sector marisquero durante los últimos años.

Según el Estudo preliminar de limitacións antropoxénicas da producción marisqueira de Galicia, "existen aportes contaminantes de relevancia originados por vertidos líquidos depurados y no depurados de aguas residuales en lugares de alta producción marisquera".

El trabajo advierte de que hay un "déficit importante en la depuración", lo que provoca que lleguen a la ría cantidades importantes de microorganismos coliformes.

El autor del trabajo, el profesor Ricardo Beiras, catedrático de Ecoloxía de la Universidade de Vigo, denunció que esta situación también se está registrando en depuradoras de última generación, cuyas características cumplen con las directivas europeas.

Además, Beiras agregó que las mediciones que realizaron en los efluentes de las depuradoras arrojaron unos índices de contaminación más altos que los que reconocen los organismos públicos. "Hai un problema técnico a resolver", agregó. La consecuencia de esta situación es que la producción de marisco sigue una tendencia descendente que se prolonga desde hace varios años.

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