Un nieto de Castro desfila con Chanel

Tony Ulloa Castro, de 19 años, participó en un insólito desfile que organizó la 'maison' francesa en La Habana con guiños a la revolución cubana. Gisele Bündchen y Vin Diesel, algunos de los invitados que más expectación causaron
Montaje fotográfico de Tony Castro y su abuelo, Fidel Castro
photo_camera Montaje fotográfico de Tony Castro y su abuelo, Fidel Castro

La firma Chanel recuperó el glamour de Cuba en los años cuarenta y cincuenta en un insólito desfile en La Habana de su nueva colección Crucero, en la que también se vieron guiños a la Revolución, con prendas verdeolivo y gorras al estilo Che Guevara, junto a estampados étnicos de inspiración afrocubana. Entre los asistentes al desfile, Tony Castro Ulloa, uno de los nietos de Fidel Castro. Este joven de 19 años es hijo de Antonio Castro y Lisette Ulloa y vio desfilar a las modelos cubanas Lupe y Yohana. Más tarde, posó para el fotógrafo Brian Canelles de Easy Photography con el modelo y bloguero cubano Miguel Leyva.

Las actrices Geraldine Chaplin y Tilda Swinton o la modelo Alice Dellal -todas musas de Lagerfeld-, la actriz cubana Ana de Armas o referentes del mundo de la moda como Carine Roitfeld, antigua directora de la revista Vogue Paris, y su sucesora Emmanuelle Alt, tampoco se perdieron el evento, insólito en la isla comunista y que supone el primer desfile de la firma en Latinoamérica.

El director creativo de la maison francesa, Karl Lagerfeld, combinó el eclecticismo cubano, sin perder en este salto al Caribe los sellos de identidad de la casa Chanel: la elegancia de la combinación del blanco y negro y su mítico tweed

El director creativo de la maison francesa, Karl Lagerfeld, combinó el eclecticismo cubano, sin perder en este salto al Caribe los sellos de identidad de la casa Chanel: la elegancia de la combinación del blanco y negro y su mítico tweed.

La modelo británica Stella Tennant, musa de Lagerfeld, abrió el desfile con un look andrógino de chaqueta-pantalón en blanco y negro, el clásico zapato bicolor con cordones y sombrero panamá, conjunto que revivió la sofisticación del estilo dandy que se veía entre la alta sociedad cubana en los años cuarenta y cincuenta.

Entre las propuestas de entretiempo de la firma para la próxima temporada tuvieron un espacio relevante las prendas en tonos verdeolivo, el color de los uniformes guerrilleros de la Revolución cubana; y la mítica gorra que siempre llevaba el Che Guevara, aunque en una versión de lujo bordada de lentejuelas.

Sedas y gasas sirvieron al káiser de la moda para estampar en prendas más relajadas e informales, coloridos motivos de inspiración afrocubana, e incluso dibujos de los clásicos coches americanos que todavía circulan por la isla conocidos como almendrones.

Poco más de quince minutos de desfile y una sencilla escenografía fueron suficientes para que el bulevar del céntrico Paseo del Prado de La Habana se transformara en una elegante pasarela, que culminó con la aparición de Lagerfeld y un estallido de ritmo en forma de conga cubana que sacó a bailar a las modelos en plena calle.

El bulevar del céntrico Paseo del Prado de La Habana se transformó en una elegante pasarela, que culminó con la aparición de Lagerfeld y un estallido de ritmo en forma de conga cubana que sacó a bailar a las modelos en plena calle

La top model brasileña Gisele Bündchen, el actor Vin Diesel -que filma en La Habana una nueva entrega de la saga Fast and Furious-, o el dúo cubano Gente de Zona fueron los invitados del front row que más expectación suscitaron entre los asistentes y los cubanos que se acercaron a curiosear por los alrededores.

Las últimas tendencias con etiqueta smart casual que exigía la invitación al desfile contrastaba con la estampa, más popular y cotidiana, que se veía en los balcones de los desvencijados edificios de fachadas desconchadas de los alrededores. Sorprendidos de ver un espectáculo poco habitual en una isla comunista, por décadas ajena a los circuitos de la moda, decenas de vecinos y curiosos se congregaron en los balcones para ver desde las alturas las propuestas de la nueva colección Crucero de Chanel, de precios inaccesibles para el bolsillo cubano.

Después del desfile, la firma trasladó su fiesta a la Plaza de la Catedral, donde se instaló un provisional ranchón -edificación de paja típica de la Cuba rural- en el que se bebieron cócteles cubanos, se escuchó mambo y son del Septeto Habanero y se degustaron platos elaborados por el famoso paladar La Guarida de La Habana.

Para completar la experiencia genuinamente cubana, todos los invitados fueron trasladados al desfile y a la fiesta posterior en los clásicos coches americanos, descapotables y de llamativos colores. En la fiesta posterior se volvió a ver, con una llamativa chaqueta brillante, a un esquivo Karl Lagerfeld, que hizo historia en Cuba al protagonizar el primer desfile de una firma de lujo en la isla, y el primero de Chanel en América Latina.

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