Tenía 51 años y encaraba la recta final de su segundo mandato consecutivo como alcalde de Pontevedra. La imagen del chapuzón de Miguel Anxo Fernández Lores en el Lérez, de la que este viernes se cumplieron diez años, ya forma parte de la historia política local.
El baño reivindicó el final de las obras de saneamiento del río, que se realizaron bajo el paraguas de una campaña denominada Puro Lérez, y la limpieza de las aguas del principal cauce fluvial de la ciudad. "A auga estaba fría, pero limpa. Podo aseguralo porque trago moita auga cando me baño", aseguró Lores tras zambullirse en el Lérez.
El remojón del regidor del BNG congregó en Orillamar, entre los puentes de O Burgo y Santiago, a cientos de personas que no quisieron perderse aquel acontecimiento. Entre los presentes estaban miembros del Gobierno local, excepto los ediles del PSOE, y destacados políticos nacionalistas, como el alcalde de Poio, Luciano Sobral.
El baño de Lores fue secundado por una veintena de personas, entre las que se encontraban destacados deportistas y el entonces concejal de Medio Ambiente, Demetrio Gómez Junquera (BNG).
¿PALOMARES? La jornada festiva sirvió al alcalde capitalino para destacar el Lérez como "un espazo de vida, goce, deporte e ocio" y para anunciar su intención de "acotar unha zona no tramo alto do río para que os pontevedreses se poidan bañar con seguridade". Se refería a la posterior creación de la playa fluvial, que se estrenó en junio de 2009.
Tal y como recogió el periodista Jesús Iglesias en la crónica publicada por Diario de Pontevedra sobre aquella inmersión, Lores salió al paso de las voces que compararon su chapuzón con el que se dio Manuel Fraga en Palomares. "Non ten nada que ver", ya que era "un baño de satisfacción e ledicia" y no "un acto de guerra e defensa dos intereses americanos". "Cando comecei o saneamento non pensaba nin en Fraga, nin el Palomares nin en Mao Tse-Tung", zanjó el regidor municipal.
