"Europa vendió la moto en la crisis de refugiados"

Esta politóloga siria nació hace 24 años en Raqqa, ciudad tomada por el Estado Islámico
La politóloga Nour-Al Hussen
photo_camera La politóloga Nour-Al Hussen

Mitad siria, mitad gallega, Nour-Al Hussen Villa dejó Raqqa con 13 años. Vive en Compostela, donde estudió Ciencias Políticas y cursa un máster de Relaciones Internacionales. Este fin de semana dio una charla en Sarria junto a Cristian López, Felipe Carnotto y Manuel Darriba.

Es autora del blog ‘A la otra orilla del Éufrates’ sobre la guerra de su país natal. ¿Qué le llevó a crearlo?
Fue un poco una mezcla de todo. Cuando empezó la guerra fue muy difícil de asimilar porque tengo allí mi casa, mi familia y mis amigos. Fue a modo de homenaje, un sitio para desahogarme y para aportar información que no sale en los medios, lo que me cuentan familiares y amigos.

En el blog habla de la Siria de su infancia. ¿Qué recuerdos tiene?
Los recuerdos son un poco felices, pero también grises. Felices porque tuve una infancia feliz, crecí allí, pero desde pequeña te das cuentas cómo en el colegio te instrumentalizan, tienes que hacer juramentos al presidente o cantar el himno nacional. Nos adoctrinan desde muy pequeños. Todos sabemos lo que pasa y nadie lo puede decir en alto.

¿Y ahora su ciudad natal está ocupada por el Estado Islámico?
Sí. No es, como se quiere transmitir, la capital del Estado Islámico, tiene secuestrada a la población. Hace ya dos años que fue tomada. En 2013 fue la primera provincia liberada de las fuerzas del régimen, se vivieron unos meses de estabilidad. El vacío de poder fue lo que atrajo la instauración del Daesh, que se aprovechó de eso.

"Hablar con mis familiares en Siria es casi imposible, a veces lo hacemos en clave, como cuando hay bombardeos"


¿Puede estar en contacto con sus familiares y amigos?

Hablo una vez cada siete días con mis familiares, las conversaciones son casi imposibles. Tienen internet a partir de cibercafés proporcionados por Daesh, se registran las conversaciones en los ordenadores. Hablamos a veces en clave, como, por ejemplo, cuando los bombardean. Es muy peligroso que los pillen hablando, sobre todo con el extranjero. Es un ambiente muy hermético, no saben muy bien lo que pasa en su ciudad.

¿Cómo es la vida en Raqqa?
Antes vivían una represión a escondidas, una represión más ‘light’, mejor vista, ahora es mucho más agresiva, mucho más visible. Todos los días se cometen violaciones de los derechos humanos, crucifixiones, latigazos por fumar o escuchar música, que son cosas prohibidas. También hay decapitaciones. Estas se cometen en plazas de Raqqa. Antes lo hacía el régimen, siempre lo hizo, torturó en las cárceles.

¿Ve una solución al conflicto?
Hay unas soluciones obvias, pero no se quieren dar por un interés.

¿Qué interés?
Comenzó siendo un levantamiento popular y se convirtió en una guerra civil. El futuro de Siria lo deciden muchos países, muchos actores, salvo los sirios. La sociedad no se ve representada en la oposición y no hay nada más viable que la caída de Bashar al Assad para dar una solución al conflicto. Daesh terminará cuando caiga el régimen. Rusia tiene un tratado con Siria de responder cuando un país se vea atacado y lo hace. Rusia no va a permitir que Bashar al Assad caiga porque cobija sus intereses. Por su parte, la política de Obama en exterior no tiene unos objetivos muy claros en Siria y Oriente Próximo.

Muchos sirios huyen del país. ¿Cómo ve el papel de Europa en la crisis de los refugiados?
Es un fracaso. Nos vende una serie de valores, como abanderados de los derechos humanos, lo que nos han vendido es una moto. Por ejemplo, el acuerdo entre la Unión Europea y Erdogan (presidente de Turquía) es una auténtica vergüenza. Es ilegal desde el punto de vista del derecho internacional, como es ilegal lo que hace España en Melilla con las devoluciones en caliente. Europa tenía que acoger un número insignificante de refugiados comparado con Turquía. El acuerdo que va a establecer el 18 de marzo la Unión Europea con Turquía deja en desamparo a muchas personas que tienen derecho de asilo y no pueden hacerlo.

Comentarios