Uno para transportar 6.500 kilos de cocaína y otro para pasear a sus amigos

Marcial, sin mansión ni quinta

Ascenso y caída de uno de los grandes capos de la ría ► Marcial Dorado tuvo el control durante años. Primero con el tabaco y después con la cocaína, el empresario isleño llegó a manejar contactos inimaginables. La venta de un barco a Roberto Leiro Santos fue el principio del fin de un imperio que en 2016 caerá como un castillo de naipes
Dorado no volverá a ser visto por la ría hasta dentro de varios años
photo_camera Dorado no volverá a ser visto por la ría hasta dentro de varios años

Dicen los que más saben de la lucha contra los narcotraficantes gallegos que su principal obsesión es mantenerse en el anonimato y preservar el mayor volumen de bienes posible. Marcial Dorado Baúlde hace tiempo que dejó de ser un don nadie. Sin embargo, hasta ahora mantenía la esperanza de conservar alguno de los bienes de valor difícil de cuantificar que la Agencia Tributaria le mantenía embargados de forma preventiva a la espera de un dictamen firme. El Supremo ha caído sobre el empresario de A Illa, que cumple una condena de diez años de prisión por participar en el mayor narcotransporte de cocaína del siglo XXI.

La sentencia le arrebata su mansión de A Illa de Arousa, su casa, pero también le priva de la Quinta do Feital, su sueño de negocio lícito que alcanzó todo el esplendor que el dinero de la droga puede comprar. Las 70.000 botellas al año de ‘'Auratus'’ y '‘Dorado Superior'’ que se elaboraban en el privilegiado entorno de 153.000 metros cuadrados ubicados en Portugal, a menos de un kilómetro del río Miño, tendrán difícil salida a partir de ahora.

Dorado, de 65 años, acaba de ser condenado a seis años más de cárcel por blanqueo de capitales procedentes del tráfico de drogas en la Audiencia Nacional. 21,5 millones de euros de multa pueden ser peccata minuta para alguien que lo fue todo en el contrabando de las Rías Baixas. Sin embargo, 130 fincas, doce locales, media docena de vehículos de gama alta, dos embarcaciones de recreo, varias concesiones de gasolineras y decenas de propiedades más, incluidas su mansión y su quinta, despojan al arousano de lo mejor de su botín.

Desde finales de los 90 ya era un narcotraficante muy activo, según se extrae de esta última sentencia. En esa época dispuso una madeja de sociedades y empresas que se transferían propiedades entre sí con el fin de ocultar la auténtica procedencia del dinero que comenzaba a aflorar y que, como demostró la Audiencia Nacional y ahora refrendó el Tribunal Supremo, provenía de la introducción de cocaína en Europa por la puerta de Galicia.

DEFENDIÓ SU INOCENCIA. Dorado, igual que sus descendientes, siempre defendieron su inocencia. "Producimos vino", declaró su hija hace tres años ante las cámaras de televisión.

En la ría nadie les creyó nunca. El Albariño, Caíño, Blanco y Treixadura estaban ahí, pero también el Winston de batea y la ‘fariña’.

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