Elaboraban churros low cost en un galpón clandestino en el número 20 de la rúa Estrigueiras, en Salcedo, y los repartían puerta a puerta a más de una docena de cafeterías de la ciudad. El pincho del café de muchos pontevedreses se elaboraba en pésimas condiciones, entre múltiples bolsas de basura, heces de ratón y sin ningún tipo de higiene. Dos hermanas estaban al frente del negocio y el Diario Oficial de Galicia (DOG) notificaba el viernes a una de ellas, María Elia Martínez Galiano, que se le imputan tres infracciones graves de seguridad alimentaria y nutrición y que se enfrenta a una sanción de 15.003 euros.
A través de la publicación oficial también se confirman las medidas cautelares que se acordaron el 10 de diciembre, y que supusieron la suspensión temporal de la actividad que se realizaba en el galpón de Salcedo, así como la intervención cautelar de todos los productos que se encontraron en el establecimiento, la mayoría de las cuales había sobrepasado la fecha de caducidad. Martínez Galiano tiene un plazo de quince días para presentar alegaciones ante la resolución tomada por la Xefatura Territorial de la Consellería de Sanidade, donde se encuentra depositado su expediente.
Esta es la segunda causa que se le imputa a esta pontevedresa, a la que los investigadores de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra encausaron el 18 de diciembre por los delitos de conducción sin carné y de usurpación de estado civil. A su hermana, M.A., la acusaban de prestarse a que la anterior hiciese uso de su turismo a sabiendas de que no disponía de la licencia para ello.
Ambas mujeres fueron interceptadas en el marco de las pesquisas que se abrieron tras el chivatazo que sirvió para desmantelar el citado galpón en el que se elaboraban churros para su distribución y venta a establecimientos de hostelería del centro de Pontevedra.
