La vida de Gonzalo Cacabelos bien podría haber protagonizado una de esas tantas películas que se emitieron en los diferentes cines que él mismo se encargó de levantar en Sanxenxo a lo largo de la pasada centuria. El histórico propietario del Rías Bajas, la última sala de proyecciones que sucumbió a la crisis hace apenas dos años, falleció en la mañana de ayer a los 99 años de edad, a apenas seis días de cumplir un siglo de vida.
La noticia corrió como la pólvora por toda la localidad de O Salnés. Numerosos vecinos acudieron al tanatorio municipal para dar el pésame a su familia, muy conocida por poseer varios negocios de hostelería en la villa y por haber mantenido operativo el Rías Bajas hasta el verano de 2013. Cacabelos nació en el lugar de Gondariño, en la parroquia de Vilalonga, el 4 de septiembre de 1915. Todavía no había cumplido los 26 años cuando decidió enrolarse en la División Azul para combatir con los nazis en el frente ruso durante la Segunda Guerra Mundial. Su valía y buen hacer a la hora de realizar tareas de comunicaciones y transmisiones no pasaron desapercibidas para los generales alemanes, que en 1943 le otorgaron la Cruz de Hierro de Primer Grado (anteriormente ya había recibido la de Segundo Grado por su labor en el frente de Volvogrado).
El sanxenxino logró sobrevivir a la artillería rusa y a las bajas temperaturas y, una vez finalizado el conflicto bélico, invirtió buena parte de sus ahorros en hacer que el séptimo arte se asentase en la tierra que le vio nacer. Así, en 1946 fundó el Cine Gondariño de Portonovo, que, a pesar de cambiar de propietario y de actividad en varias ocasiones (llegó a ser una sala de baile también), se mantuvo abierto al público hasta principios de los 90. Un año más tarde, el hermano de Gonzalo, Antonio Cacabelos, impulsó, junto a Pablo Balboa, la inauguración del Cine A Granxa, el único que hubo en la parroquia de Dorrón.
El interés del excombatiente en la II Guerra Mundial por el cine le llevó a construir el Rías Bajas a finales de los 60, donde él mismo se encargó de vender entradas y ejercer de acomodador durante décadas. Su familia ha decidido organizar esta tarde un pequeño acto en la emblemática sala a modo de homenaje. La cita dará comienzo a las 16.30 horas.
