A prisión cuatro de los detenidos por meter cocaína por Marín

Se les acusa de delito contra la salud pública y organización criminal. Los demás detenidos quedaron en libertad en sede policial

El Juzgado de Instrucción 8 de Vigo ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para cuatro de los diez detenidos por supuestamente pertenecer a una organización criminal que se dedicaba a introducir cocaína en contenedores desde Sudamérica a través del puerto de Marín, Pontevedra.

Se les imputa un delito contra la salud pública y organización criminal, a dos de ellos por pertenencia y a los dos restantes, por supuestamente dirigirla, y se les aplica la agravante de notoria importancia.

El resto de detenidos han quedado en libertad en sede policial, informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

En el marco de la llamada Operación Alimoche, que podría derivar en más detenciones de las practicadas en las provincias de Pontevedra, Ourense y Madrid, se han realizado cuatro registros domiciliarios en los que la Guardia Civil se ha incautado de dinero en metálico, documentación, material informático, así como droga y útiles para su procesado.

La red venía operando desde hace varios años y presentaba unas características que le permitían pasar desapercibida para los cuerpos y fuerzas de seguridad: son gente joven en su mayoría, sin aparente relación unos con otros, dispersos por la geografía española, carecen de antecedentes y tienen actividad laboral.

Este entramado contaba, según la Guardia Civil, con dos puntos fuertes; un "tejido empresarial" en Sudamérica y España y unos "altos conocimientos" en comercio internacional, sobre todo de su supuesto coordinador, un joven empresario de Ourense, así como "altos conocimientos" en praxis policial.

La operativa y estructura de la organización fue descubierta en marzo de 2014, cuando la práctica totalidad de sus miembros se dieron cita en Marín para intentar rescatar un envío de 60 kilos de cocaína ocultos en un contenedor con fruta enlatada que había sido intervenida en origen, en el puerto de Callao, Perú.

Sin saberlo, fueron vistos por la Guardia Civil organizando labores de vigilancia y contra vigilancia mientras otros accedían a la terminal de contenedores del puerto, donde trabajaban, con la intención de recuperar la droga.

La organización gestionó un nuevo envío, esta vez desde Colombia, directamente a una empresa española, que se vio frustrada con esta operación policial.

Además de los contenedores, la red tenía establecidos en Ourense y Madrid sendos puntos de distribución de sustancias estupefacientes.

En uno de los envíos desde la capital de España a Francia fue interceptado un vehículo con un paquete de cocaína con un peso de medio kilo oculto en un doble fondo.

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