Vilarchán vende por 104.000 euros€ la casa que compró por 240.000 para evitar a los gitanos

Los vecinos celebraron una puja en la que solo participaron quienes habían colaborado en la adquisición de 2007
Imagen de la casa tomada en 2007, cuando pasó a ser noticia a nivel nacional por la curiosa iniciativa vecinal
photo_camera Imagen de la casa tomada en 2007, cuando pasó a ser noticia a nivel nacional por la curiosa iniciativa vecinal

Ha pasado parte de su historia siendo conocida como la casa que todo un pueblo compró ante el temor a que se instalase en ella una familia procedente de O Vao, pero, en el futuro, la casa ubicada a escasos metros del campo de la fiesta de Vilarchán volverá a acoger a una familia oriunda del lugar y dejará atrás ese capítulo.

Los habitantes de Vilarchán y las parroquias aledañas que en 2007 se unieron para comprar la vivienda, poniéndose en el punto de mira de todos los medios a nivel nacional por esta iniciativa, participaron el pasado domingo en una subasta mediante el método de puja en la que se decidió el próximo propietario de la misma.

El inmueble se vendió por 104.0000 euros, tras un proceso en el que participaron ocho interesados, que fueron subiendo, poco a poco, el precio desde los 82.000 euros fijados como punto de partida inicial, con el valor catastral del inmueble como referencia.

Las únicas condiciones para la venta eran que el pujante debía ser una de las 132 personas que habían participado en la compra de la vivienda en 2007 y que el adjudicatario haga un depósito del 3% del importe final para garantizar el pago. Ambas se cumplen en el caso de los compradores, pues son una pareja joven y originaria de Vilarchán que expresó su deseo de usarla como residencia habitual, después de hacer los arreglos necesarios para ello en el inmueble.

A la subasta asistieron casi todos los ‘compradores’ originarios de la casa y presenciaron el proceso. Así, aunque inicialmente se pensó en que esta puja se realizase mediante la entrega de ofertas en sobres cerrados, finalmente se optó por el sistema de mano alzada para que todos pudiesen ser testigos del mismo.

DEL PUEBLO. El hecho de que la casa no cayese en manos de foráneos y, a poder ser, fuese empleada como residencia habitual, era una de las preocupaciones vecinales, puesto que en la reunión en la que se convocó la puja, en el pasado mes de junio, se expresó el deseo de no realizar una subasta abierta a todos los públicos para evitar de nuevo que la vivienda pasase al mercado abierto y cayese en manos de inquilinos no deseados o fuese objeto de la especulación.

La casa de la carballeira lleva cerrada desde que en 2007, en una operación conjunta de los vecinos, fue comprada por seis particulares del pueblo en nombre de todos los habitantes del mismo. El motivo de que, en cuestión de semanas, tantas familias se decidiesen a echar mano de una considerable cantidad de sus ahorros para adquirir la vivienda fue la escalada de desconfianza y temor que generó el anuncio de que una familia de etnia gitana procedente del barrio marginal de O Vao, en Poio, había hecho una oferta económica en firme por la vivienda.

La noticia coincidió con una época en la que los realojos del barrio de O Vao por parte del Concello de Poio estaban de plena actualidad y era patente la preocupación social por la inseguridad ciudadana y un posible desplazamiento de los puntos de compra y venta de droga la comarca. En ese contexto, las condiciones de la vivienda, retirada, limitando con una carballeira, en el centro del pueblo y en una zona de fácil acceso la hacían, a ojos de los vecinos, una candidata ideal para acoger todo tipo de actividades indeseables, por lo que apostaron ciegamente por comprarla para evitar que sus peores temores se hiciesen realidad.

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