"Es tan bonita que te encuentras a cada paso una cosa nueva"

Pontevedra empieza a notar la llegada de más turistas, muchos de ellos extranjeros
Eugenia Jorge, trabajadora de la Oficina Municipal de Turismo de Pontevedra
photo_camera Eugenia Jorge, trabajadora de la Oficina Municipal de Turismo de Pontevedra

Galicia está viviendo un indiscutible crecimiento turístico en los últimos años. Según datos del INE, más de cuatro millones de turistas visitaron alguna de las provincias gallegas en 2014, y se pretende llegar a los cinco millones en 2016. Esta realidad se refleja en Pontevedra, que ya el año pasado registraba un aumento del 24% respecto al año anterior en el número de visitantes atendidos en los puntos de información.

Eugenia Jorge lleva trabajando cinco años en las oficinas de turismo y cuenta que ha notado el cambio. Según ella, lo que más percibe es el creciente número de extranjeros que vienen a visitar la ciudad, muchos de ellos desligados del Camino de Santiago. Pese a ello, el flujo de turistas que se pasean por las calles pontevedresas en verano haciendo el Camino no hace más que aumentar.

Carrie, una simpática peregrina alemana, explica que tenía pensado hospedarse en Pontevedra la noche del sábado para seguir con su camino. Cuando se le pregunta qué le ha gustado más de su visita, toca las columnas de un edificio de la plaza de Curros Enríquez y contesta, en un agermanado inglés, que esta es una ciudad con historia. Sin embargo, el turismo interno sigue siendo más fuerte. "La mayoría de los turistas españoles se hospedan por la zona de Sanxenxo y vienen a visitar la ciudad", nos explica Eugenia. Gran parte de los que piden información en su oficina acaban visitando el Museo, aunque siguen siendo el santuario de A Peregrina, la Basílica de Santa María, la iglesia de San Francisco y las Ruínas de San Domingos los sitios más turísticos. "Es tan bonita que te encuentras a cada paso una cosa nueva", le comentaba una visitante ayer.

Muchos han dejado de lado las pesadas cámaras y prefieren sacarse ‘selfies’ con sus smartphones delante de la estatua de Ravachol. Otros dan rienda suelta a su vena artística y apuntan con su enorme objetivo hacia la fachada de la iglesia de San Francisco. Sea como sea, es fácil reconocerlos en medio del gentío pontevedrés.

Sofía habla mientras cuelga de su cuello una enorme cámara réflex. Comenta lo arriesgado que sería hacerlo en Venezuela, su país de origen. "Es una ciudad muy tranquila y segura", concluye. Al preguntarle por el motivo de su visita explica que quería ver el santuario de las Apariciones y aprovechó para hacer una ruta religiosa por la ciudad.

Pontevedra sigue siendo un destino de interés turístico gracias a su belleza histórica y oferta cultural.

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