La supresión de dos unidades de Educación Infantil en Pontevedra ha provocado un nuevo enfrentamiento del Concello y la Federación de Asociacións de Nais e Pais de Alumnos (Fanpa) con la Xunta. Los recortes en cuestión afectan al CEIP Praza de Barcelos y la EEI Fina Casalderrey, de Monte Porreiro, que el próximo curso se quedarán sin una de sus dos aulas para niños de tres años.
La Jefatura Territorial de la Consellería de Educación aseguró ayer a este periódico que la reestructuración, que coincide con la jubilación de una maestra en cada colegio, se debe a la reducción del número de solicitudes tramitadas para escolarizar a niños en ambos centros. En el caso del CEIP de Barcelos, la matrícula para cuarto de Infantil solo contabilizó nueve alumnos.
El presidente de la Fanpa, Rogelio Carballo, sostiene que una caída de la demanda no es excusa para adelgazar la estructura educativa y critica al Gobierno gallego por no ser flexible con las ratios por aula. «La ley limita a 25 el número de estudiantes por aula. ¿Cuál es el problema de clases con diez o doce alumnos? Sería más ventajoso desde el punto de vista de la docencia. ¿No quieren un sistema público de calidad? ¿Y alumnos bien formados?», se pregunta el directivo de la federación, que advierte de que la reestructuración tendrá repercusiones laborales en el sector. «Los recortes de la Xunta también supondrán menos profesores de apoyo», añade.
Carballo asegura, por otra parte, que la eliminación de una de las dos aulas de cuarto de Infantil en el CEIP Barcelos contradice la política educativa e inversora del Ejecutivo autonómico en el colegio. De hecho, es uno de los centros de la comunidad en donde se ha implantado el proyecto E-Dixital, que permite al alumnado de quinto de Primaria centrar su aprendizaje en un ordenador portátil en el que sigue las explicaciones del maestro, realiza ejercicios y estudia. Todo ello sin necesidad de ir con libros a clase.
«No tiene sentido cerrar aulas cuando el centro es un referente en educación con nuevas tecnologías. No entiendo cuál es el principio de gestión. La decisión es, además de irresponsable, caduca», subraya.
La postura municipal. La misma opinión que el presidente de la Fanpa la manifestó ayer la nueva concejala pontevedresa de Educación, Carmen Fouces. «Estamos diante dun desmantelamento premeditado, seguro e constante do ensino público», dijo durante una comparecencia pública en la que denunció las escasas competencias de su departamento en el ámbito educativo.
La edil del BNG considera que la reestructuración prevista por la Consellería de Educación en Infantil tendrá sus efectos negativos en Primaria. «Tal e como están as cousas só nos queda patalexar. O de Barcelos é un colexio que podería desconxestionar as aulas con 25 nenos. Ademais, supón un desafogo porque está no centro da cidade, os nenos poden ir a pé aproveitando os Camiños Escolares», indicó.
Fuentes de la Jefatura Territorial de la Consellería de Educación recordaron que no todo serán ajustes el año que viene. De hecho, la Xunta creará una nueva aula de Infantil en el colegio de Campañó y otra de Primaria en el de Cabanas. Además, mañana jueves se celebrará la comisión de escolarización para asignar a los niños que no han logrado plaza en los centros solicitados como primera opción a otros centros.
Las mismas fuentes recordaron que en el curso 2015-2016 en el municipio de Pontevedra existen 18 colegios con plazas libres. Los únicos que tienen sus cupos llenos son el CEIP Vilaverde de Mourente, la EEI Crespo Rivas (adscrita al CEIP Campolongo), que fueron los colegios más reclamados para alumnos de tres años; el Álvarez Limeses; el CEIP de Cabanas (en la parroquia de Salcedo) y los concertados Sagrado Corazón y Calasancio.
