Han pasado ocho años desde que la localidad de Vilarchán, en Ponte Caldelas, protagonizase todos los titulares a nivel nacional por la polémica decisión de sus vecinos de unirse para comprar una casa por la que se había interesado una familia de etnia gitana procedente del barrio marginal de O Vao. Los vecinos poseen desde entonces el inmueble, que ha estado cerrado por el miedo entre los propietarios a que su alquiler o la vuelta al mercado, atrajese a otro tipo de inquilinos no deseados.
La misma casa de la polémica saldrá a subasta el próximo día 25 de julio, según se acordó ayer por votación popular en una asamblea convocada únicamente para tratar este asunto. En dicha subasta no podrá participar cualquier interesado, sino que solo podrán pujar aquellas personas que en 2007 se unieron a la causa y aportaron dinero para comprar la vivienda. Se trata de 132 particulares de Vilarchán, A Reigosa, Contixe, Xustáns y pueblos aledaños. Cada uno de ellos aportó aproximadamente 2.000 euros para la compra de la vivienda, que en pleno 'boom' inmobiliario superó el precio de venta de 240.0000 euros. La junta vecinal acordó que en la subasta del próximo día 25 el precio de partida no será ese, sino los 82.000 euros que tiene como valor catastral. El beneficiario de la puja debe disponer del 3% del valor final para depositarlo de inmediato y garantizar el pago.
La casa se sitúa frente a la carballeira más importante del pueblo y el campo de la fiesta y el temor de los vecinos era que se pudiese convertir en un punto negro de trapicheo de drogas en 2007. Hasta el momento, seis personas han ejercido como propietarios de la misma, pero su titularidad genera gastos y problemas fiscales de ahí que todos hayan votado a favor de subastarla.
La casa que todo un pueblo de Ponte Caldelas compró para evitar que fuese adquirida por gitanos, a subasta el día 25
Los 132 copropietarios acordaron ayer celebrar una puja solo entre los que han aportado dinero en 2007 y con un precio de partida de 82.000 euros
