A Barrosa recupera su emblema

El Concello reinstala la imagen principal del emblemático cruceiro de Adina, que en su día acabó roto en más de 200 pedazos tras ser derribado por una ráfaga de viento
Dos instantes de la colocación de la renovada figura.
photo_camera Dos instantes de la colocación de la renovada figura.

El lugar de As Areas, en el barrio de A Barrosa (Adina), vuelve a lucir su gran emblema. La Concellería de Medio Ambiente e Servizos Municipais llevó a cabo hace unos días los trabajos para recolocar el cruceiro que fue instalado en la zona en 1888 y que tuvo que ser reparado tras romperse en más de 200 pedazos en 2010, como consecuencia de una caída provocada por el fuerte viento.

La ‘resurrección’ del emblema ha resultado ser todo un acierto. Su mal estado obligó al escultor sanxenxino Manuel Fandiño a realizar una exhaustiva labor de mantenimiento de todos los restos. Ahora, más de un año después de haber empezado su reparación, la empresa ha llegado a buen puerto, algo de lo que se siente especialmente orgulloso el concelleiro en funciones de este departamento, José Luis Rodríguez, que recuerda que la recuperación de la figura había sido demandada en más de una ocasión por la Asociación de Veciños San Miguel de Adina.

Los operarios necesitaron una fotografía tomada en los años 30 para poder orientar adecuadamente la figura

El edil de VIPS explica que el 97% de la figura pudo ser rehabilitada sin necesidad de utilizar otros materiales para su reconstrucción. ''Solo hubo que echar mano de nuevas piezas para recuperar una de sus piernas'', señala, a la vez que muestra su agradecimiento a la familia de A Barrosa que se encargó de guardar con mimo los restos del cruceiro durante varios años, hasta que el Concello decidió asumir su reparación. ''De no haberse tomado estas molestias, es probable que la reparación no pudiese haberse hecho realidad'', reconoce Rodríguez Lorenzo.

La colocación del emblema sobre su soporte se llevó a cabo a finales del pasado mes de mayo. Al igual que la reconstrucción de la figura, esta tarea no resultó precisamente sencilla. Los operarios necesitaron echar mano de una fotografía tomada en los años 30 para poder colocar adecuadamente la imagen.

HISTORIA. Los orígenes del cruceiro de A Barrosa no están del todo claros. Existen documentos que corroboran que perteneció a un vecino del barrio, Luis Domínguez Portela, que a finales del siglo XIX decidió donar la figura al Arzobispado.

El emblema fue instalado en uno de los grandes puntos de encuentro de la época. A día de hoy la imagen se halla en la intersección de un vial secundario, pero hubo un tiempo en el que acogió un parque y una taberna. El cruceiro permaneció inalterable al paso del tiempo hasta finales de la década pasada, cuando un temporal de viento hizo que la figura principal se fuese al suelo.

Una vez recuperados los restos, el Concello contactó con el escultor Manuel Fandiño, que a lo largo de su trayectoria profesional ha reparado o construido más de 80 figuras similares. El propio Fandiño fue el encargado de colocar la ‘cabeza’ del cruceiro en el lugar que nunca debió abandonar.

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