Cuando la Historia también cuenta

A Granxa de Abaixo, uno de los núcleos en los que el Concello quiere que se reduzca la zona de servidumbre, contó en su día con una capilla que permaneció en pie durante siglos. Algunas viviendas datan de los años 20 de la pasada centuria
Aspecto que presentaba el lugar de A Granxa de Abaixo durante el primer tercio del siglo XX.
photo_camera Aspecto que presentaba el lugar de A Granxa de Abaixo durante el primer tercio del siglo XX.

Uno de los últimos objetivos que se marca la Concellería de Urbanismo antes de que el actual mandato llegue a su fin es lograr que la Dirección General de Costas dé el visto bueno a la reducción de la servidumbre de protección de 100 a 20 metros en Arnosa, Foxos, Fontenla, Major, Seame, Nanín, Festiñanzo y A Granxa. El Concello sostiene que estos núcleos cumplen los requisitos fijados por la disposición al no haber estado clasificados como suelo urbano en el momento en el que entró en vigor la ley y disponer de una serie de servicios como acceso rodado, abastecimiento de agua, evacuación de aguas residuales y suministro de energía eléctrica.

En este tipo de tramitaciones, el factor histórico también tiene su importancia. Lo reconocen fuentes de la Administración local, que ponden como ejemplo a A Arnosa, en la parroquia de Vilalonga, o a A Granxa, en Dorrón. «Son núcleos muy antiguos y deberían ser admitidos como tal», sostienen desde el bipartito. Para ello, entre la documentación enviada hace pocas semanas a la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar se encuentran fotografías aéreas realizadas en diferentes épocas, así como informes catastrales de diversa índole.

De todos los lugares en los que el Concello desea reducir la zona de servidumbre, quizá el caso más llamativo sea el de A Granxa. O, más concretamente, A Granxa de Abaixo, un lugar que a día de hoy es fácil de identificar por encontrarse muy cerca de los suelos urbanizables que nunca se llegaron a desarrollar por completo por culpa de la crisis ecómica. Pero, contexto del ladrillo aparte, este diminuto barrio fue en su momento un lugar de referencia, al menos desde el punto de vista religioso.

A apenas medio centenar de metros de la costa, donde hoy se emplazan varios galpones e inmuebles particulares, en su día existió una capilla construida en honor a Santa Mariña. La fecha de su levantamiento no está del todo clara. Sin embargo, el presidente del Foro Galicia Milenio, Marcelino Agís Villaverde, sostiene que, como mínimo, el templo data del siglo XVI, lo que podría ayudar a corroborar la antigüedad del núcleo.

En un artículo publicado en el primer volumen de Sanxenxo na Historia, Agís recuerda que existen documentos que atestiguan que la capilla ya existía a finales de esa centura. Fue entonces cuando el cardenal Jerónimo del Hoyo visitó A Granxa, tal y como constan en sus memorias, que fueron escritas en 1607. Curiosamente, Del Hoyo no se llevó una impresión demasiado grata del diminuto templo y en sus escritos deja claro que su estado en aquel momento no era el adecuado para acoger misas.

Desaparición. La capilla de Santa Mariña permaneció en pie hasta bien hasta la década de los 70. Su desaparición llegó como consecuencia de la construcción de la carretera costera y de varios inmuebles. Para entonces, el antiguo templo solo era empleado como almacén.

Por otra parte, también existen documentos que demuestran que algunas de las viviendas existentes en este núcleo fueron construidas hace prácticamente un siglo. Una familia de la parroquia adquirió una casa en esa zona en el año 1924.

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