Opinión

Motoristas

TODO CUANTO se haga por rebajar la siniestralidad vial es poco. Por eso es loable que la Xunta instale sistemas de protección tendentes a reducir la mortalidad de los motoristas, colocando guardarraíles más seguros que los convencionales. Ténganse en cuenta que los pilotos fallecidos el pasado año (214) representa el 18 por ciento del total de víctimas mortales en las carreteras, por el 8 por ciento del 2004. Dicho esto, también es fundamental concienciar (y exigir) a quienes utilizan este medio de locomoción para que extremen la prudencia. Bastantes lo hacen, pero todavía quedan los nada respetuosos con las normas de circulación, como si pretendiesen alardear de albedrío en cuanto a su incumplimiento, ignorando que señales y limitaciones están para todos los conductores. No es raro ver como algunos de ellos ignoran sistemáticamente líneas continuas en adelantamientos temerarios, o incurren en excesos de velocidad, con desafíos a su integridad y a la de cuantos circulan por las carreteras. Cabe suponer que los radares registran los abusos, pero la sensación es que están menos perseguidos y peor controlados que el resto de los usuarios.

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