Opinión

¿Vuelve el ladrillo?

EN ABRIL del presente año la Fundación BBVA afirmaba que la economía española todavía estaba digiriendo los excesos de inversión de los años de la burbuja inmobiliaria. Según el Ministerio de Fomento, a finales de 2016 de aquella orgía constructora todavía quedaban sin vender casi medio millón de viviendas -491.693 en concreto-. De ellas, 24.565 correspondían a Galicia. Ante tan elevado stock, podría sorprender que el año pasado la construcción de viviendas hubiese crecido en España a un ritmo no visto desde hacía una década. Unos datos refrendados por el estudio de la economía gallega realizados por Afundación, donde el cemento y el ladrillo aparecen como uno de los principales motores del aparente crecimiento de su economía. La existencia de esta coyuntura subyace en el último informe de Greenpeace sobre la protección y desprotección de la costa española y lleva a la ONG a preguntarse si volverán los excesos del pasado.

De seguir los datos de Greenpeace, durante prácticamente el último cuarto de siglo la urbanización de la costa española se habría incrementado en un 57%. En esta tarea de alicatado del litoral en la franja costera de los 10 primeros kilómetros, la provincia de Pontevedra ocupa un lugar señero. Así lo señala su quinto puesto con el 13,1% del suelo construido a la zaga de Barcelona, Alicante, Málaga y Cádiz. Por contra, las otras dos provincias litorales de Galicia se situarían en los últimos puestos. Coruña sería la quinta por la cola con el 5% de su litoral pavimentado y Lugo la última de España al presentar únicamente el 2,5% de su costa presidida por el ladrillo y el cemento.

Nada halagüeña para la costa gallega resulta la información del análisis en lo referido a la superficie de costa protegida. Frente al 27% de media estatal, únicamente el 5,16% del hábitat costero gallego tiene algún tipo de preservación legal. Pontevedra, junto con Granada, son las dos provincias con menor espacio natural protegido. Ambas presentan un exiguo 3,1% del total de su litoral blindado. Con el 3,3% del total, el tercer negativo lugar lo ocupa Lugo, mientras A Coruña se sitúa en el sexto con el 9,1%. En el polo opuesto aparecen Huelva -Parque Nacional de Doñana-, Tenerife y Las Palmas. Aunque en este terreno, como muy bien puntualiza el estudio, lo realmente importante radica en la voluntad política de garantizar la conservación de la costa.

El informe también localiza las zonas de mayor presión urbanizadora. En A Coruña las sitúa en Fisterra-Río Xallas, Rates-Louro, Corrubedo-Noia y Boiro-Catoira. Mientras las de Lugo las ubica en la ría de Foz y el entorno de la playa de As Catedrais, las zonas más codiciadas de la provincia de Pontevedra serían los fondos de las rías de Vigo y Arousa, junto con la isla de Arousa.

Como resulta una evidencia fácil de constatar, los humanos somos los únicos seres capaces de tropezar en la misma piedra no una, sino todas las veces precisas. Ante esta evidencia, ¿caminamos hacia la segunda edad de oro del cemento y el ladrillo?

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