Opinión

De nuevo hacia el futuro

EN 1985 Marty McFly elegía el 21 de octubre de 2015 como una fecha clave para viajar en el tiempo.

Curiosa fecha y curiosa aquella película de ficción, Regreso al futuro, que anunciaba grandes cambios en nuestro mundo a 30 años vista.

Marty y Doc, que deberían haber llegado este pasado miércoles a Hill Valley a las 04.29, ¿qué sorpresas se habrían llevado al ver este mundo actual?

No lo sabremos nunca. Porque ni existen esos personajes, ni esa ciudad. Y la película, que es todo un referente de la ciencia ficción para aquellos que ya tenemos más de 40 años, por desgracia, es sólo una película.

Lo único cierto es que han transcurrido tres décadas, y aunque los coches aún no vuelan por nuestras calles, y yo tampoco puedo hacer uso todavía de un prototipo en estudio de aeropatín; sí tenían razón en algo, todo ha cambiado.

Los cambios los ha habido para mal y para bien. Pero yo como soy una persona muy positiva, prefiero quedarme con lo bueno.

La tecnología ha avanzado a pasos agigantados. Vivimos más y con unas comodidades con las que ni soñaban nuestros mayores. Además estamos absolutamente interconectados, y lo que parecía ciencia ficción ya no lo es.

Qué dirían nuestros abuelos que mantenían relaciones epistolares si nos viesen con el teléfono móvil que ha revolucionado nuestro día a día; o si nos viesen enviando documentos a través del correo electrónico. Ni me imagino qué dirían si nos viesen interactuando en Facebook, Skype o Whatsapp. No es lo mismo que el calor del tacto, pero lo importante es comunicarse.

En esa época y fecha que visionaban los protagonistas de esta afamada película, nos encontramos con avances tecnológicos muy importantes, de los cuales son protagonistas esta misma semana cinco gallegos.

A uno le conocemos todos. Es el hombre más rico del mundo según la revista Forbes. Amancio Ortega, todo un ejemplo de superación personal, de éxito empresarial, y lo que a mi juicio es más importante, de sencillez, humildad y solidaridad con los suyos.

El creador del imperio Inditex quiere devolverle a su gente parte de lo que le han dado. Esta semana y a través de la Fundación que lleva su nombre, hacía una donación de 17 millones de euros para cofinanciar con la sanidad pública la instalación "de manera inmediata" de mamógrafos digitales y equipos de radioterapia "de última generación" en 16 centros sanitarios de Galicia en los que son atendidas 185.000 personas. Y aunque no se ha dicho esta semana, yo añado los 15 millones que durante estos últimos años destinó a la creación de nueve escuelas infantiles.

Esta cooperación social y solidaria, entre la iniciativa privada y la pública, es todo un ejemplo a seguir. Gracias Amancio, que cunda el ejemplo con otros grandes empresarios. Yo que ya era una incondicional de tus tiendas, ahora más, y sobre todo sabiendo que parte de mi dinero se va para estas buenas causas.

A estas cuatro mujeres, espero que a partir de hoy las conozcan más. Su historia tiene que ver de forma más directa que la anterior con la tecnología. Aunque no habla de los monopatines voladores, sí hace referencia a los drones.

Sí estimados lectores, a esos artefactos voladores que bien podrían haber salido de la nave nodriza de la Guerra de los Mundos. Pero no, han salido de la Universidad Pública Gallega, para que luego algunos aún se quejen. Y además también lo han hecho para salvar vidas.

Cuatro gallegas estudiantes de la Escuela Universitaria de Diseño Industrial de Ferrol diseñaron un dron que figura entre los tres mejores del mundo.

Andrea Magán, Tays Ferrer, Macarena Arcay y Susana López diseñaban su artefacto para convertirlo en un dispositivo salvavidas para el transporte de órganos destinados a trasplantes.

Su proyecto bautizado como Dronlife logró la tercera posición en el concurso internacional Drones for Good, organizado por los Emiratos Árabes. Y superó incluso a iniciativas desarrolladas por la propia Nasa con la Universidad de Oxford.

Gracias chicas, además de tener una cabeza prodigiosa y llevar el nombre y la tecnología de Galicia por el mundo entero. Y lo hicisteis pensando, precisamente, en salvar vidas.

Yo debo añadir, porque estuve hablando con ellas el pasado jueves, que además son unas mujeres alegres, guapetonas y de rompe y rasga. Unas emprendedoras que han roto el techo de cristal que aún frena a muchas mujeres hoy día; porque aun representando ese elevado número de estudiantes universitarias que logran las mejores calificaciones académicas, son ellas las que después se encuentran con muchas trabas para llegar a lo más alto en el mundo laboral.

Esa fecha que parecía auténtica ciencia ficción cuando en 1985 se estrenaba Regreso al futuro, ya pasó. Ese futuro que imaginaban  McFly y Doc, ya es pasado.

Es una pena que no pudiese ser real el aterrizaje de ambos personajes en su Delorean volador.

Se hubiesen asustado de muchas cosas, porque a veces parece que el ser humano retrocede. Pero no me cabe la menor duda que aunque no hubiesen visto lo que imaginaron, se volverían satisfechos al conocer hechos como estos dos que acabo de compartir con todos.

Por cierto McFly, no vaya a ser que de verdad existas. Si así es y podemos celebrar noticias como estas, por favor, vuelve a programar una nueva fecha que te traiga de nuevo hacia el futuro.

*Artículo publicado el domingo 25 de octubre de 2015 en la edición impresa

Comentarios