La AJE premia a Edelmiro Cuiña, de la empresa Autocares Rías Baixas

El presidente honorífico de la empresa será homenajeado en la XXII gala Xove Empresario do Ano, el próximo día 31
Edelmiro Cuiña (izquierda) con Pablo Fernández
photo_camera Edelmiro Cuiña (izquierda) con Pablo Fernández

La Asociación de Jóvenes Empresarios de Pontevedra (AJE) distinguirá con su Premio Honorífico al presidente de honor de la empresa Autocares Rías Baixas (que también es cofundador de la empresa de transporte de viajeros Cuiña), Edelmiro Cuiña Vence, por su dilatada y brillante trayectoria profesional.

Visiblemente emocionado, Edelmiro Cuiña agradeció el galardón que la AJE le entregará el próximo día 31, en un acto que tendrá lugar en el salón de actos del Sexto Edificio del Museo a partir de las 20.30 horas.

"Gracias por acordaros de nosotros". Tras pronunciar esta frase, en respuesta a los elogios que le dirigió el presidente de la AJE, Pablo Fernández, el homenajeado tuvo que efectuar una pausa. Embargado por la emoción, tuvo que tomarse un respiro. Cuando pudo continuar aseguró que la concesión de este premio le hizo revivir "muchos recuerdos", entre ellos los momentos duros a los que tuvo que hacer frente cuando se puso al mando del negocio por la precipitada muerte de su padre (que contaba 47 años de edad). "Los bancos nos cerraron las puertas y para comprar un autobús, que nos costaba 325.000 pesetas, tuvimos que ir a la casa de nuestros amigos a pedirles dinero. Gracias a ellos salimos adelante", subrayó.

Tras esos tiempos difíciles, Edelmiro Cuiña llegó a adquirir doce empresas en la comarca y construyó en Cabanas-Salcedo unas instalaciones destinadas al mantenimiento de sus autocares. También es propietario, junto a su hermano Manuel, de un museo de vehículos en Silleda en el que se pueden admirar once autobuses, tres camiones y varios turismos.

UNIÓN FAMILIAR. "Recibimos el premio de la AJE con sorpresa y mucha emoción. Hemos trabajado mucho y nunca hemos tenido ningún tipo de problema porque siempre hemos evitado conflictos", subrayó el presidente de honor de Autocares Rías Baixas, al mismo tiempo que citó "la gran unión de la familia" como una de las claves del éxito empresarial. "Hemos llegado hasta aquí sin darnos cuenta. Ha sido un crecimiento natural".

Apuntó que el hecho de que una empresa sea "muy grande no quiere decir que vaya a ser mejor, sino todo lo contrario: las empresas pequeñas ofrecen un mejor servicio y son más rápidas en la respuesta ante cualquier tipo de contingencia porque no hay horarios. Tanto se trabaja a las doce de la noche como a las tres de la mañana".

Entre las múltiples anécdotas que citó en la comparecencia ante los medios de comunicación, Edelmiro Cuiña recordó que desde 1979 hasta 1989, años en los que su empresa se encargó del transporte de los empleados de Citroën (tres autocares y cuatro turnos), le tocó realizar el trabajo "más fuerte", el del servicio nocturno, con paradas en Arcade, Cesantes, Redondela y Chapela. "Tenía dos despertadores, uno con la alarma para las cuatro y cuarto y el otro para las cuatro y veinte. Como no me levantase de la cama a esa hora adiós al negocio, porque los trabajadores de Citroën tenían que estar en la fábrica a las seis menos diez porque, de lo contrario, se lo descontaban de la nómina".

Además, recordó que tras efectuar un servicio de transporte escolar y completar el de regreso de los empleados de la firma automovilística a sus domicilios, "volvía a casa a las once y media de la noche y me levantaba a las cuatro. La vida es dura en un negocio familiar porque hay que olvidarse de los horarios".

En la actualidad la empresa Autocares Rías Baixas cuenta con una plantilla de 150 trabajadores directos, más de 50 indirectos y una flota de 140 vehículos. La firma facturó 10 millones de euros en 2016.

"Hay que trabajar duro. Del trabajo viene todo, incluida la mejora del nivel de vida", subrayó Edelmiro Cuiña. Además del esfuerzo laboral, el empresario reveló algunas de las claves en las que Autocares Rías Baixas apuntaló su éxito: "la unión de la familia, la honradez y no engañar a nadie, los valores que nos inculcaron nuestros padres a mí y a mis hermanos y hermanas".

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