El picudo obliga a talar la segunda palmera en cinco días en la ciudad

Técnicos de O Areeiro retiraron el ejemplar del Sexto Edificio del Museo, después de que el pasado viernes hubiese que cortar uno de los árboles del Arquivo Provincial ►El calor está agravando la propagación de esta plaga por todo el territorio pontevedrés
Técnicos cortando las ramas de la palmera del Sexto Edificio
photo_camera Técnicos cortando las ramas de la palmera del Sexto Edificio

La plaga del picudo rojo continúa avanzando imparable por la provincia de Pontevedra y la ciudad capitalina no escapa de sus consecuencias. La última víctima ha sido la palmera situada junto al Sexto Edificio del Museo, que este miércoles fue talada por técnicos de la Estación Fitopatolóxica do Areeiro, dependiente de la Deputación.

Los trabajos comenzaron a las nueve de la mañana con la retirada de las ramas y, posteriormente y para garantizar que no se produjesen daños en el entorno, los trabajadores fueron cortando el tronco trozo a trozo hasta eliminarlo por completo. Además, también talaron un chopo seco y aprovecharon para recortar la copa de otro en la parte trasera, así como otros ejemplares del jardín interior del Museo.

La institución provincial tomó la decisión de eliminar la palmera del Sexto Edificio después de que los técnicos constatasen que estaba demasiado dañada por el picudo y resultaba imposible recuperarla con ningún tratamiento.

Es el mismo caso de otra palmera cortada el viernes pasado en el recinto del Archivo Histórico Provincial, en el Paseo de Colón, y a ellas se suman otras que también tuvieron que ser taladas en la ciudad por culpa de la misma plaga.

La primera que cayó fue la de San Francisco, en cuya retirada participó el Concello, y desde entonces se han ido sucediendo las talas motivadas por este insecto devorador.

El precio que cobran las empresas por los tratamientos preventivos anuales oscila entre los 300 y los 600 euros por ejemplar

Desde que se detectaton sus nocivos efectos en la provincia, son muchos los ayuntamientos que han puesto en marcha planes de tratamiento para los árboles de propiedad municipal. En el caso de la Administración capitalina, ha tratado ya hasta en cinco ocasiones los árboles de zonas como el Parque das Palmeiras, y otros concellos han hecho lo mismo en sus territorios.

Poio, por ejemplo, ha contratado a una empresa especializada que, según explicó en su día el alcalde, Luciano Sobral, le supone a las arcas municipales un desembolso de 12.000 euros al año.

Sanxenxo también está cuidando sus palmeras (el último tratamiento preventivo le ha costado 18.000 euros) y otras localidades están haciendo lo mismo.

En el caso de los árboles de propiedad privada, muchos particulares se han puesto manos a la obra para preservar sus palmeras, aunque no resulta nada barato. Los tratamientos suelen ser de carácter anual y sus precios oscilan entre los 300 y los 600 euros, aunque si finalmente la palmera no sobrevive al picudo y tiene que ser talada, esta operación puede rondar los 800 euros, puesto que también hay que pagar la retirada y el transporte hasta un centro especializado para su eliminación.

A pesar de los esfuerzos por atajar la plaga, la Estación Fitopatolóxica do Areeiro indicó que el poder destructivo de estos insectos es tal que entre el 70 y el 80% de las palmeras de la provincia están afectadas, especialmente en los municipios costeros y los del Sur.

Precisamente, las elevadas temperaturas que está registrando Galicia, inusuales en esta época del año, están ayudando a propagar este mal por todo el territorio.

Debido a su potencial colonizador y a que constituyen una amenaza para los árboles, estos insectos han sido incluidos en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, aprobado por Real Decreto en 2013. El picudo prefiere la palmera canaria a otros tipos, como la datilera, y los expertos señalan que llegó a España a raíz de la importación de unas palmeras desde Egipto a Granada. A partir de ahí fue dando el salto al resto de comunidades.

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