El equipo juvenil del Pontevedra volverá a jugar en División de Honor dos años después. El cuadro granate logró una victoria en el campo del Deportivo B, segundo clasificado y sin nada en juego, que certifica su ascenso tras un año duro, algo irregular por momentos, pero que termina con premio para un grupo que demostró un gran potencial ofensivo -Lezcano es el máximo goleador de la categoría- a lo largo del curso. Los tantos de Álex, Lezcano y Moncho anularon el gol inicial de Kilian. Pero un gol de Muri en el minuto 78 trajo las dudas a un conjunto pontevedrés que supo sufrir para amarrar los tres puntos y rubricar su ascenso sin mirar a otros campos ni esperar a la última jornada.
La clave El PCF fue el único candidato que ganó. El Villalbés empató y el Racing perdió
Los nervios se dejaron notar en unos compases iniciales de mucha calma tensa, en los que los chicos de Óscar Guimeráns estaban muy centrados en mantener posiciones y evaluar las fuerzas del equipo local. Poco a poco, y tras los minutos de tanteo, la escuadra granate pasó a dominar, con posesiones muy largas en las que Jesús era el eje del equipo. Por delante, la movilidad de Iñaki y Lezcano comenzaba a generar peligro. El propio Iñaki, que debutó con el primer equipo en la última jornada de Liga en Mieres, firmó el primer aviso con un disparo demasiado cruzado.
A pesar de no tener nada en juego, el equipo blanquiazul demostraba su calidad cuando pisaba campo contrario. Raúl frenó a Rivera con una gran parada en la primera ocasión local. Pasada la media hora, Kilian aprovechó un balón largo para robarle la cartera a Fabeiro y definir a la perfección tras un recorte dentro del área.
La reacción del Pontevedra fue inmediata, con un tiro de Lezcano desviado que dio pie a un asedio en el que Benjamín desbarató dos intentonas de Fabeiro y Santi. En esta última, concedió un córner que acabó en los pies de Álex en la frontal tras un despeje de la zaga local. El mediocentro visitante empaló un disparo inapelable que empataba el partido.
El conjunto granate estaba en la ola buena y no quería parar. El paso por los vestuarios no cambió el decorado e Iñaki tuvo una ocasión clarísima a centro de Santi con un remate a bocajarro que sacó Benjamín.
Pero el desgaste había sido grande y Óscar Guimeráns ordenó un cambio de planteamiento. El Pontevedra replegó y buscó a la contra a sus puñales arriba con espacios. Esto también permitió al Dépor tener mayor presencia ofensiva. Rivera se volvió a encontrar con Raúl en un remate desde la frontal y Antón disparó arriba desde lejos.
LEZCANO. Cuando más sufría el equipo granate, apareció Lezcano para aprovechar una cesión de Martín demasiado corta y batir a Benjamín. El tanto reforzó a los chicos de Guimeráns, que se hicieron fuertes atrás y contragolpearon con mucho peligro. En una de estas transiciones, Moncho ganó la carrera a Valín, se llevó el balón a trompicones y acabó con un disparo seco que hacía el 1-3 que parecía definitivo.
Pero un gol de Muri en el 78 devolvió el nerviosismo a las filas del Pontevedra. Fue entonces cuando emergió Raúl para mantener el resultado con dos grandes paradas y desatar la locura en el conjunto granate con el pitido final, que celebró el ansiado ascenso a lo grande.
Las escenas de júbilo se vivieron en el terreno de juego a la conclusión de los 90 minutos y se trasladaron a los vestuarios. El debut de Óscar Guimeráns en el banquillo granate ha dado frutos.
