Enamorada de la raqueta y la pluma

La pelea de Eva Murio, una luchadora pontevedresa que disfruta del bádminton

La pontevedresa se cuelga dos bronces en el Campeonato de España sub-19 después de ser operada, en medio año, dos veces de los ligamentos de su rodilla ►Su siguiente reto es volver a rendir al máximo en los torneos individuales
Eva Murio con sus dos bronces
photo_camera Eva Murio con sus dos bronces

Eva Murio (Pontevedra, 1998) vio la cara más cruel del deporte hace casi año y medio cuando se rompió el ligamento cruzado anterior y el menisco de su rodilla izquierda. Más de siete de meses alejada de las pistas de bádminton, pero la desgracia fue mayor cuando a las pocas semanas de reaparecer se vio obligada a pasar por el quirófano para operarse del menisco. Cualquier persona hubiera arrojado la toalla, pero ella volvió a luchar por el sueño de hacer carrera en su deporte.

Este pasado fin de semana obtuvo recompensa a su esfuerzo y sacrificio al colgarse dos medallas de bronce en el Campeonato de España sub-19, cuando todavía están reciente sus operaciones. Acudió a la cita estatal en el cuadro de dobles porque todavía no está en condiciones físicas para participar en el individual y dio la sorpresa al hacerse con el tercer puesto en las dos competiciones de dúo en las que tomó parte: el mixto con un tenista catalán y el de parejas con una compañera del Club Bádminton A Estrada.

Antes de su lesión, la pontevedresa estaba considerada como una de las principales promesas del bádminton español, no en vano ya había disputado el Campeonato de Europa y también el Mundial de Perú. En su palmarés contaba con cinco presas en citas nacionales.

Su calvario comenzó en el mes de septiembre de 2015 cuando acudió ‘tocada’ al Mundial de Perú de la categoría sub-19. Al regresar se le diagnosticó una distensión del ligamento, pero en enero de 2016 al no remitir el dolor, se comprobó que lo tenía roto , al igual que el menisco, por lo que en marzo fue operada por el doctor Arriaza. Su entusiasmo hizo que redujera de manera considerable los plazos de recuperación y, en septiembre del año pasado, volvió a la competición.

Las medallas obtenidas en el Palacio de los Juegos del Mediterráneo de Almería es la confirmación que atrás queda un calvario de problemas físicos y que mira el futuro con optimismo. Ha reaparecido a lo grande.

Eva no es una excepción y, como la mayoría de las jugadoras españolas de bádminton, sueña con ser un día como Carolina Marín. Probablemente piensa que si una chica de Huelva lo consiguió por qué alguien de Pontevedra no lo puede alcanzar.

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