Los críticos apremian a Arias a dejar la partronal tras su patinazo con Cataluña

La CEP censura que se saque la chaqueta del cargo cuando le da la gana y sus predecesores cuestionan la gestión económica de la CEG
Antón Arias
photo_camera Antón Arias

La tensión en el seno de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) ha emergido de nuevo a raíz de un pronunciamiento público del presidente, que ha vuelto a levantar ampollas entre los patronos. Las presiones para que Arias presente su dimisión se han reactivado después de que en las últimas semanas este se postulase a favor de la celebración de un referéndum pactado en Cataluña, lo que supuso un volantazo respecto al comunicado que unos días antes emitió la CEG, posicionándose en contra de la consulta.

«Es difícil que las aguas vuelvan a su cauce y que no salgamos aquellos que estamos realmente preocupados por lo que está pasando a llevarle la contraria», recalcó ayer en declaraciones a AGN el presidente de la patronal pontevedresa (CEP), Jorge Cebreiros. Convencido de que solo cabe que Arias rectifique y admita «que se equivocó» o que, por el contrario, «piense bien si quiere representar a los empresarios», Cebreiros recalca que «no es admisible que un cargo institucional se permita el lujo de lanzar declaraciones escudándose en que : ‘esto es a título individual’». Tajante, sostiene que «uno no puede sacarse a chaqueta del cargo cuando le da la gana y ponérsela después», en alusión a una entrevista radiofónica en la que, el pasado domingo, Arias trató de enmendar la plana al matizar que su llamada a la celebración de un referéndum pactado era «una opinión personal».

Cebreiros, que incide en que la postura del presidente de la CEG contraviene la línea marcada por la CEOE y la patronal catalana Foment del Treball, también censura que Arias haya «minimizado los efectos» del traslado de sedes decretado por grandes empresas y pymes. Además de señalar al boicot a productos catalanes y al desvío de cruceros turísticos, el jefe de la CEP incide en que los datos apuntan que la situación política ha provocado la fuga de 150 firmas al día.

El malestar con el discurso del patrón de los patronos gallegos no es nuevo. Desde su elección en enero, su defensa de una subida salarial y el cuestionamiento que hizo de la reforma laboral por su incapacidad de generar empleo de calidad han hecho rechinar los oídos de más de un empresario.

Pero la fractura en la CEG trasciende a la retórica, pues en el fondo subyace la guerra de las provincias por controlar la instituciónUn conflicto que en los últimos dos años fagocitó de forma prematura a los dos predecesores de Arias, el vigués José Manuel Fernández Alvariño y el ourensano Antonio Diéter Moure. Mientras las patronales de A Coruña y Lugo, que apoyaron la sorpresiva candidatura de Arias en las elecciones de enero, guardan silencio, las organizaciones de Ourense y Pontevedra han optado por mostrar su descontento dejando de asistir a las reuniones de los órganos de gobierno de la CEG a no ser para abordar «temas de interés» para todo el empresariado.

Misiva. Con fecha del 14 de septiembre, los expresidentes Alvariño y Moure remitieron una carta a Arias criticándolo por no haber presentado un presupuesto para 2017, así como tampoco la liquidación de las cuentas de 2016 y por la falta del «informe de auditoría correspondiente». En una contundente misiva, también lo culparon de «vulnerar de forma consciente» los estatutos de la CEG, al no haber convocado la junta directiva desde el 27 de abril para abordar asuntos como «el nombramiento y retribución» del secretario general, un cargo que desde marzo ocupa de forma provisoria el lucense Jaime López.

Además de reprocharle la forma en la que fue promovido para su elección como presidente, sus predecesores —que barajan convocar una comparecencia pública en los próximos días— le achacaron su «gran deslealtad y falta de talante» por erigirse como el artífice de la «normalización del funcionamiento de la institución». La división es tal que los críticos cuestionan la disposición de fondos que realiza el comité ejecutivo, de cuyas citas la CEP y la CEO se descolgaro.

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