Hasta 2.000 personas en la Baixa das Bestas

Quince 'aloitadores' contra 110 caballos: una lucha que regresa, como cada año, al Curro de Amil, aunque esta vez fue más tranquila
Rapa das bestas de Amil
photo_camera Rapa das bestas de Amil

Un total de 3500 personas, 2000 este domingo, presenciaron el pasado fin de semana la popular Baixa das Bestas, una tradición que se lleva celebrando desde el siglo XVIII.

Desde la asociación Cabalar Monte Acibal, manifiestan que las expectativas de asistencia están más que cumplidas, a pesar de  que "la gente tardó más en llegar por el calor que hacía", refiriéndose a los casi 30 grados que el termómetro marcó este domingo.

Quince aloitadores se encargaron de dar espectáculo durante la jornada, que transcurrió con sorprendente tranquilidad, y, al contrario que en otros años, sólo hubo que lamentar un herido leve que fue atendido allí mismo.

Los 110 caballos salieron a las 12.00 horas del pastizal de Amil, donde pasaron la noche del sábado, en dirección al curro de As Brañas. El día comienza con una sensacional exhibición de monta salvaje, seguida por la popular rapa, efectuada en grupos de tres por el equipo de aloitadores.

Tras el marcado de los caballos, los ejemplares más jóvenes que ya no necesitan a sus madres fueron puestos en subasta. Uno de éstos puede costar más de 150 euros. Aunque antiguamente esta compra solía significar la adquisición del caballo, hoy en día, los propietarios se encargan de que los animales no entorpezcan la vida diaria de las fincas cercanas.

Después de la subasta, los animales son puestos en libertad. Como actividad final del evento, se sorteó a una potra al ritmo de Los Terribles de Arousa, un grupo de gaiteiros.

La asociación Cabalar Monte Acibal destaca su preocupación por la creciente agresividad de los lobos en el monte, que desencadena cada vez más muertes, sobre todo de potros. "En menos de tres años, el número de caballos ha descendido en más de mitad", declaran. Desde el pasado invierno, se han perdido las vidas de más de cuarenta potros y de más de una decena de caballos.

Esto resulta en la disminución constante y cada vez más evidente de ejemplares que participan en la Rapa cada año.

La entrada, que ayer costó cuatro euros, se destina al mantenimiento y reforma de las instalaciones que la asociación Cabalar lleva a cabo para la organización de la Rapa.

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