La Diputación abrirá una segunda convocatoria para crear parques forestales en montes pontevedreses

El vicepresidente de la Diputación de Pontevedra, César Mosquera, ha anunciado la próxima apertura de una segunda convocatoria para la creación de parques forestales en los montes de la provincia ante el "interés" detectado por esta iniciativa que conlleva una tramitación "demasiado lenta".

Según ha explicado este viernes en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, hay muchos ayuntamientos que mostraron interés en las ayudas ofrecidas por la institución provincial para la mejora de los montes, pero "no dieron resuelto en plazo" los trámites necesarios para presentar sus solicitudes, por lo que la intención es darles una segunda oportunidad.

De este modo, la convocatoria de la Diputación abierta en abril y cerrada el pasado 5 de junio reunió 25 peticiones por parte de 11 municipios de la provincia, una cifra que Mosquera ha considerado "bastante elevada".

En concreto, presentaron propuestas A Illa de Arousa para Monte Palmeira; Arbo para Bouza de Miguel; Arbo y As Neves para la Serra de San Fins; Cangas para Carballeira de Coiro, Montes de Varalonga y Montes de Massó-Liméns; Cerdedo-Cotobade para Carballedo y Tamonde; Forcarei; Fornelos de Montes para Freaza y río Barragán; Mondariz para A Lagoa y Montes de Gargamala; Oia para el monte de Santa María de Oia; Ponteareas para A Picaraña, San Cibrán-Muiños de Couso, y Seixiforna-Viveiro; así como Vilaboa para Santa Cristina de Cobres.

La suma económica de las solicitudes llega a los 789.569,65 euros del 1,2 millones de euros disponibles. Las subvenciones destinadas a la mejora de los montes mediante la creación de parques forestales tienen como objetivo principal crear zonas de uso público y disfrute de la ciudadanía mediante la puesta en valor de áreas de monte comunal con valores paisajísticos, productivos o ambientales. Para garantizar este fin en las bases, la Diputación de Pontevedra ha establecido que debían ser los ayuntamientos los que solicitaran las subvenciones a la Diputación en lugar de las comunidades de montes.

Las bases también restringieron las características específicas de las actuaciones a subvencionar, aceptando las replantaciones, pero no como objetivo único, sino como complemento de otros aprovechamientos de tipo ganadero, micológico o de ocio. Asimismo, era obligatorio que las actuaciones estuvieran encuadradas en una superficie global 50 hectáreas de terreno.