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Solo el 13% de concellos gallegos están regidos por mujeres, la segunda peor cifra de España

El número de concejalas se sitúa cerca del 40% establecido por la ley de paridad, pero la ausencia de una norma que establezca la posición que han de ocupar en las formaciones políticas las relega en muchos casos a una segunda línea

Pese a la paridad impuesta en los cargos públicos por la Ley de Igualdad en 2007, las corporaciones gallegas siguen teniendo muchas menos mujeres que hombres. Las elecciones de 2015 situaron a 1.379 edilas en los gobiernos locales, una tasa del 36,69% que, pese a estar por encima de la media española, no alcanza el 40% establecido hace casi diez años. Y lo que es más llamativo: apenas el 13% de los municipios están regidos por alcaldesas: 42.

La evolución a lo largo de los últimos años, con todo, ha sido positiva. Es cierto que desde que la compostelana Concepción Pérez Iglesias tomara el mando del concello pontevedrés de Portas en enero de 1925 —poco más de un año después del golpe de Primo de Rivera— hasta la llegada de la Transición, el número de regidoras en Galicia, al igual que a nivel nacional, fue más bien anecdótico, pero la democracia trajo consigo un tímido cambio de tendencia que aún hoy trata de consolidarse.

Teniendo en cuenta que en las elecciones municipales de 1983 solo seis mujeres se hicieron con la alcaldía, es fácil percibir la transformación. Es cierto que durante el gobierno de Aznar su número se estancó entre las diez y las catorce, pero la llegada del PSOE coincidió con el que hasta ahora es el mayor salto cuantitativo: se pasó de las catorce regidoras de los comicios locales de 2003 a las veintisiete que fueron elegidas solo cuatro años más tarde. Apenas dos meses después de la aprobación en el Congreso de la Ley de Igualdad, su número se había duplicado. 


FALTA DE PODER. Con el reciente nombramiento de la independiente María Jesús García como alcaldesa de Sobrado, son 42 las mujeres al frente de los 314 concellos gallegos —un 13% del total—, lo que deja a la comunidad segunda por la cola. Este porcentaje poco tiene que ver con el de concejalas, del 36,69%, superior al estatal (35,57%). La conclusión más obvia es que pese a que ha habido un claro salto cuantitativo, hay trabajo por hacer en lo cualitativo. La falta de una norma que establezca la posición que han de ocupar las mujeres en las listas las relega a un segundo nivel, un extremo denunciado por muchas de ellas.

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