El entrenador Clarkson dice adiós al Tudelano

El técnico escocés había llegado hace dos meses después de que hubiese hecho una importante inversión en la entidad ►Lo deja, según explicó, por motivos laborales
Clarkson tras su presentación en Tudela
photo_camera Clarkson tras su presentación en Tudela

En el mundo del fútbol hay innumerables historias que pondrían la piel de gallina a cualquiera. La de John Clarkson, exentrenador del Tudelano, es una de ellas. Recorrió el mundo, tuvo problemas con el alcohol, estuvo a punto de morir, se recuperó e hizo fortuna con sus residencias para personas con discapacidad. Hasta ayer era el encargado de dirigir al próximo rival del Pontevedra CF en Pasarón, pero dejó el equipo por motivos laborales, según explicó en rueda de prensa en su despedida. Su sustituto es Íñigo Valencia, el que hasta ahora era su segundo.

John Clarkson es, ante todo, una persona peculiar pero que lucha por sus sueños y por ayudar a los demás. Llegó al Tudelano en enero de forma gratuita pero con el compromiso de aportar liquidez económica a través de patrocinadores. El objetivo era el ascenso a Segunda División. Sin embargo, no podrá cumplirlo, ya que ha tenido que abandonar la entidad. Eso sí, él no iba a perder dinero, tal y como ocurrió con su inversión en el Avilés (se dejó 300.000 euros), ya que en caso de cambiar de categoría lo recuperaría con un sueldo alto.

Lo cierto es que la historia de este hombre no empieza en los banquillos, sino mucho más atrás. Aunque, a decir verdad, a Clarkson no le gusta hablar de su vida privada. En una entrevista concedida al Diario de Noticias de Navarra al llegar lo primero que dijo fue: "Football only, no more".

Comenzó como jugador de balompié en un pueblo del interior de Escocia, pero pronto se mudó a Londres para ser aprendiz en el Arsenal. Ahí fue de fiesta en fiesta, tal y como cuenta en una entrevista ofrecida a As. "El alcohol truncó mi carrera", afirmó entonces.


LA CLAVE. Problemas con el alcohol En su juventud, Clarkson tuvo problemas de alcoholismo y estuvo a punto de morir


A partir de ahí jugó en Sudáfrica y en Israel, donde pasó un infierno. O al menos eso asegura. Llegó a vivir en la calle y vendió incluso sus botas para beber. Jugaba partidos ebrio y no recordaba los resultados. También le detuvo la Policía alguna vez. Trabajó para mafias y pasó muchos apuros económicos, además de que casi murió de frío en una playa de noche por culpa de una pneumonía. Sin embargo, en ese momento cambió su vida.

Un grupo cristiano de evangelistas le recogió y le curó. Ahí decidió que era el momento de dar un cambio, de buscar una salida. También conoció el trabajo con personas con discapacidad y optó por dedicar a ello su vida.

Se desintoxicó y volvió a jugar al fútbol, pero las lesiones en el talón de Aquiles le impidieron progresar. Primero se rompió uno y después el otro. No había forma de recuperarse del todo. Dijo adiós al fútbol como jugador y ahí comenzó de verdad su andadura con personas con diversidad funcional junto a su mujer. Pero, como en todo, empezó de menos a más hasta hacerse millonario, pero sin olvidar nunca un objetivo principal: ayudar a los demás.

En un primer momento, Clarkson y su mujer acogieron en su casa a tres personas con problemas durante seis años y a partir de ahí comenzaron a crecer hasta crear diferentes residencias por todo el Reino Unido. Mientras su imperio crecía, este apasionado del fútbol decidió mudarse a España junto a su mujer por el clima.

"La mala vida y el fútbol dejaron muchas secuelas en mi cuerpo", contaba a As, y las casualidades hicieron que terminase entrenando al Benissa, el equipo de un pequeño pueblo de Alicante cuyo presidente era el constructor de la casa que compraron los Clarkson. El dirigente vio sus fotos dirigiendo a equipos ingleses y apostó por él. John lo hizo gratis.

Cuando llegó al Tudelano, aseguró que no iba a cobrar, pero que él tampoco ponía el dinero, sino que lo harían unos inversores que había buscado en la India e Inglaterra. Se decía que la historia entre el equipo navarro y este escocés iba a durar al menos un par de años. Sin embargo, tan solo duró un par de meses. Atrás deja tres victorias, dos empates y tres derrotas en los ocho partidos en los que estuvo al mando.

Su sabiduría y su experiencia personal le han hecho ser una persona especial, capaz de conectar con los demás. Sin embargo, el Estadio Municipal de Pasarón no podrá disfrutar de la visita de John Clarkson, que en la noche del martes acordó con el Tudelano terminar su aventura en la entidad. Debía irse por motivos laborales cuando tan solo quedan un par de meses de competición, pero no puede seguir compatibilizando todas las actividades.

"El fútbol moderno es trabajo. Físicamente y en técnica y actitud", matizaba el entrenador a su llegada a Tudela. Él tenía claro qué era necesario en esta categoría para lograr los objetivos: "Me gusta el ataque, pero en Segunda B necesitas la defensa; es importante, pero también mantener la portería a cero".

Los aficionados granates no podrán disfrutar de esta peculiar figura que deja el fútbol español, al menos por el momento. A las órdenes del Tudelano estará a partir de ahora Íñigo Valencia, que conoce a la perfección la entidad y que será el encargado de sentarse en el banquillo de Pasarón el domingo. De esta forma, el Pontevedra CF tampoco tendrá cien por cien seguro el planteamiento de su rival.

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