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Cuando el 'Club Karepas' animaba Pontevedra

Recuperar la historia de nuestra ciudad es prioritario, ya que existen grandes mares y lagunas, que se convierten en profundos abismos, a medida que desaparece toda una generación de pontevedreses

Club Karepas

EL PASADO jueves se presentó en la Galería de Arte Musart el libro Karepas-1917, Marítimo 1931, en la memoria. A muchos nos suena el Karepas asociado a una antigua comparsa de Pontevedra, pero el famosos Club Karepas tiene su origen en Pontevedra en 1917. Lo fundaron un grupo de amigos de la élite de la ciudad, con muchas ganas de pasárselo bien y salir en barco por la Ría y río Lérez. Adictos a las meriendas, y comilonas, por supuesto con buen vino, y a las tertulias: "reuniones aprovechadas para cambiar impresiones, casi siempre traducidas en alguna mejora para los intereses espirituales de Pontevedra". Un Club sin reglas ni normas que revolucionó la vida de la ciudad con sus originales y simpáticas ocurrencias; lo más parecido a día de hoy sería el Club de los Miserables del Americano.

La prensa los bautizó como "Los héroes de la Chunga", porque primaba el sentido del humor por tierra, mar y aire. En sus reuniones en una casa vieja de A Moureira, conocida como la Rache, escribía Álvaro Losada Fernández: "al llegar la hora señalada para las sesiones, era izada (la mano) desde arriba, dejando en la calle a quienes (socios) no hubieren concurrido con exactitud", como forma de denunciar ante ellos mismos la impuntualidad. También comenta Losada que a iniciativa del Club surge la Polifónica de Pontevedra, de la que formaron parte algunos de sus componentes. El propio Losada define el famoso Club: "Es un Club sui géneris, no encajado en ninguno de los patrones conocidos y que, por todo haber social, cuenta con una linda casaca roja, procedente de los Carnavales del Urco, vestida por el presidente en los frecuentes banquetes oficiales".

Uno de los miembros más antiguos fue Claudio Losada, el primer radiólogo de Pontevedra que trabajó en el Hospital, pero pertenecieron al Karepas muchos más a lo largo de su historia: Ignacio Gamallo Barros, Baltar Santaló, Blanco Porto, Cordero Carrete, Flórez de Losada, Antonio Iglesias Vilarelle, Gonzalo Mucientes, Castelao, Manuel Quiroga, Sáez Món, entre otros; el pianista José Cubiles y Gaspar Cassadó eran socios de honor. Llegaron a ser casi treinta miembros durante un tiempo, aunque el Club admitía acompañantes, sobre todo ilustres veraneantes que retornaban a Pontevedra para las Fiestas de la Peregrina. Precisamente, durante estas fiestas del año 27 se presentaron en la Batalla de Flores con una reproducción, obra de Castelao, del antiguo tranvía a vapor Marín-Pontevedra, con humo y campana, conocido como Carraca porque se estropeaba cada dos por tres. Pues la cosa no quedó ahí, porque conducía Aparicio, el conductor real del tranvía, y pusieron rumbo a Marín seguidos por una caravana de coches ante la mirada atónita de la gente.

Otra anécdota del Club es sobre la calle Don Gonzalo, dispuestos a pedir explicaciones al Ayuntamiento mediante la instancia pertinente: "¿Quién será esa Don Gonzalo, que acaso popularísimo algún día, perdió por el transcurso del tiempo todo su renombre, hasta hacerse completamente desconocido?", se lamentaba con ironía el Club.

Para sus paseos acuáticos tenían dos embarcaciones mayores y dos pequeñas: La Reina, que parece ser que se llamó inicialmente Moureira, según le comenta Lulú Vázquez a Lino, nombre que pudo ser en honor a una de las dos reinas de España que estuvieron en Pontevedra; y la otra embarcación era la K-4, con K de Karepas. A los paseos por el Lérez invitaban al hijo del embajador de Chile en Bruselas, al Obispo de Córdoba (Argentina) y cualquier personalidad relevante que llegara a la ciudad. Como curiosidad, comentar que tenían una bandera muy parecida a la de combate de Japón, que fue diseñada por Castelao.

Sánchez Cantón, otro karepista, declaró que el club se fue diluyendo cuando sus componentes se fueron haciendo mayores; de hecho, se les pierde la pista a finales de los años treinta. Las fotos del Club pertenecen, prácticamente en su totalidad, a la colección privada de José María Losada Baquero.

En la foto Integrantes del Club brindan con las copas de plata ganadas por Bernardo López en tiro al pichón. Algunos socios del Karepas aparecen posteriormente en el Club Marítimo que, en cambio, nació como una asociación al uso para fomentar los deportes náuticos, y no sólo los barcos: "Un club marítimo con todas las de la ley", explica Lino, waterpolo, piragüismo, remo o vela, competían con otras ciudades de Galicia y se acercaban a los eventos los pontevedreses en masa. La documentación que maneja Lino proviene de Pilar Pintos, hija de Joaquín Pintos, que le regaló una carpeta con periódicos y documentos sobre dicho Club.

El Club se funda de 23 febrero de 1931 con asociados que pagaban tres pesetas al mes. Las embarcaciones eran algunas propias y otras privadas. La nave donde se guardaban estaba ubicada en el Puente de la Barca, en las instalaciones de lo que después sería el Club Naval de la ciudad, que estaba al lado de los Talleres Mecánicos Rascado. El primer presidente fue Luis Fonseca Quinteiros, propietario de la Casa de Baños y del aserradero, que vivía en la antigua biblioteca. El Club dinamizaba una parte de la industria de la ciudad, por el gran volumen de reparaciones de motores, que daban trabajo a más de cincuenta empresas de Pontevedra.

En 1936 las copas que habían ganado, entre ellas, una del Presidente de la República "no se entregaron como se hizo con toda la plata para la campaña de la guerra", explica Lino, las copas se quedaron en casa de Ríos Mosquera. Relacionado con este hecho, aparece un documento fechado en 1941 en el que dice que se tiene que hacer entrega de las copas al siguiente Presidente del Club. Pero, hoy por hoy, no se sabe dónde están los trofeos, y lo mismo pasa con la insignia de solapa de los asociados.

El Club Marítimo comienza su declive cuando se produce un incendio en la nave, en el 19 de febrero de 1981, y arden cuarenta motores, piraguas y hasta un barco (el Asterix); ardió todo excepto las embarcaciones que estaban atracadas. Se estimaron las pérdidas en unos treinta millones de pesetas: un golpe definitivo para la desaparición del Club.

El autor del libro, Lino J. Pazos, es un apasionado de la historia naval y es autor de más de treinta títulos (agotados), que forman parte de nuestra historia marítima. Empezó a escribir libros en los años noventa y poco a poco va sacando a la luz documentos de su archivo personal.

Fuentes: Charla con Lino J. Pazos, Karepas-1917, Marítimo 1931, en la memoria de Lino J. Pazos, Libro de oro de la provincia de Pontevedra, Vida Gallega, El Diario de Pontevedra, El Progreso y Galicia.

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