EL DE este domingo fue uno de esos días que no le puedo contar a mi dietista. No es que yo sea de esas personas que ponen excusas y culpan a los demás de sus debilidades, pero si lo de este domingo no fue una conspiración gastronómica, que baje Obélix y lo vea. Que si Festa do Becerro ao Espeto en Viascón, que si Festa da Troita en Ponte Caldelas, que si Galo de Curral en Vila de Cruces, que si Mostra do Viño en Vilaboa... Y claro, una no es de piedra y, aunque ya estoy inmersa en la operación bikini, el domingo hice un sabroso y ligero paréntesis (lo admito, fue más sabroso que ligero).
El consuelo que me queda es ese del mal de muchos, consuelo de tontos, porque les puedo asegurar que no fui la única que se rindió a los placeres del paladar. En Viascón hubo unos cuantos que también sucumbieron a los pecados de la carne (no sean mal pensados, me refiero a la carne de becerro). Allí estuvieron el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela; su tocayo regidor de A Lama, Jorge Canda, y el ex-alcalde de Vilagarcía, Tomás Fole, dejando bien clarito que no son precisamente veganos.
Otro popular que se puso las botas fue el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que el sábado se decantó por el pescado en la Festa da Troita de Ponte Caldelas, y este domingo le pegó a la carne (de galo de curral) en tierras del Deza. Así me gusta, Alfonso, que las madres siempre dicen que hay que comer de todo y ellas siempre tienen razón. Además, con lo deportista que es el vicepresidente autonómico, él no lo va a notar en el michelín como me pasa a mí.
Y como además de comer también hay que beber, la Corporación de Vilaboa demostró que el vino de su municipio es súper sabroso. El alcalde, Luis Poceiro, y la teniente de alcalde, Ornela Fernández, fueron dos de los que no se resistieron a saborear los deliciosos caldos de su tierra.
