Opinión

Carlos Quiroga Losada, el retorno de un republicano

►El próximo lunes llegaran a Pontevedra los restos de Carlos Quiroga Losada y de su mujer, cumpliendo su deseo de descansar en el panteón familiar de San Mauro, cuarenta años después de su muerte.

CARLOS QUIROGA fue un prestigioso radiólogo, además de un demócrata, republicano, galleguista y separatista (autonómico) que siendo muy joven emigró a Argentina y ahora, cumpliendo sus últimas voluntades, retorna de la mano de sus nietos a Pontevedra, la ciudad que le vio nacer.

Carlos Celso Quiroga Losada nació en Pontevedra el 3 de febrero de 1885 en el nº35 de la calle del Comercio. Hijo de José Quiroga Hermida (comerciante) y Pilar Losada Vázquez. Tuvo cuatro hermanos: José (empresario emigrado a Argentina), Manolo (violinista), Emilio (arquitecto del ayuntamiento de Pontevedra) y Pilar. Se casó con Esperanza del Transito Mayor y el matrimonio tuvo tres hijos: Carlos, José y Pilar Quiroga Mayor, que nacieron en Argentina. "Te cuento una vez para reyes y según las costumbres escribí una cartita pidiendo una bicicleta. A la mañana siguiente, día de Reyes, encontré frente a mis zapatos dos libros: la Ilíada de Homero en latín y un enorme mamotreto: un diccionario latín-español. Entendí el mensaje y sin quejarme me puse a traducir. Cuando terminé la primera parte, se la di a mi padre que me felicitó y nada más. Días después aparecieron tres hermosas bicicletas", recuerda su hijo Carlos. Su padre siempre fue riguroso con la educación de sus dos hijos, pero siempre respetó su libertad pendiente de aconsejarles y ayudarles.
Martha Leman con Carlos y Manuel QuirogaCarlos empezó sus estudios de violín en Pontevedra y siguió sus pasos jovencísimo Manolo Quiroga, que hizo sus primeros pinitos con la bandurria. Estudió en el colegio de Pontevedra de San Luis Gonzaga en 1898. Como alumno de medicina prestó servicios en la Cruz Roja de Pontevedra en 1910. Se desplaza a Madrid en 1903 para estudiar en el Instituto de Higiene Militar y tuvo la responsabilidad de velar por los estudios de su hermano Manolo. Escribía regularmente a su padre, Xepe, para contarle cómo iba Manolito Quiroga en la academia de música de Madrid y en las clases con el violinista José del Hierro. Carlos regresa a Galicia y termina sus estudios en la Universidad de Santiago.

Emigra a Argentina, después que su hermano Pepe (José), sin recursos y con un título de médico español que casi no le permitía ejercer en éste país. Es gracias a la red de gallegos en la emigración cuando conoce a al Sr. Echagüe, un rico terrateniente de origen español, que lo contrata como médico rural en una de sus estancias al norte de la Pica en Buenos Aires; zona remota y fronteriza por lo que el hacendado le facilita una casa de madera, un caballo y un revólver. Así pasa unos años hasta que decide trasladarse a Córdoba para hacer los cursos que le habilitaban como médico en el país y obtiene el grado de doctor en la Universidad de Córdoba en junio de 1921: "Por eso nos complacemos en felicitar al doctor Carlos C. Quiroga que, en un periodo escaso de tres años, ha cubierto todas las pruebas exigidas, llegando a conseguir el título nacional con excelentes clasificaciones".

Ese mismo año se casa con Esperanza y regresa a Pontevedra durante un año, con su mujer, como regalo de bodas de su suegro. Cuando vuelve a Argentina abre la primera consulta privada de Rayos X en Córdoba. "Se convirtió en un médico de gran prestigio y hombre de consulta de toda la región del Noroeste. Pacientes y médicos viajaban para interconsultas con él", explica su hijo Carlos. Así empieza una brillante carrera en el ámbito de la medicina: Fue director Jefe de Radiología del Hospital Español de Córdoba, de la Maternidad Universitaria, de la Casa Cuna (Pediatría) y por no renunciar a su nacionalidad española declina ser Jefe de Radiología del Hospital Militar. Publicó varios trabajos de investigación radiológica, pero el que le dio fama internacional fue en 1936, sobre el uso de la radiología durante las operaciones de las vías biliares, y que se conoce como "La colangiografía Losada".

Manuel Azaña nombró a Carlos Quiroga vicecónsul honorifico de la República: "Teníamos coche oficial y un chófer uniformado", recuerda su hijo Carlos. Dos años más tarde, el 16 de Julio de 1936, publica en la prensa de Córdoba un artículo rechazando el golpe militar en España por su origen fascista, "preanunciando que el gobierno e la República triunfaría, impidiendo la dictadura franquista", y por este motivo renuncia al cargo de vicecónsul y es tachado de rojo, explica su hijo Carlos: "Sin embargo mi padre siguió recibiendo en su casa a inmigrados, prestándoles su casa y ayuda". Su canción de cabecera en Argentina era: "Si supieran los curas y frailes/ la paliza que van a llevar/subirían al trono y cantaran libertad, libertad". Su hijo Carlos, de 94 años, recuerda: "Todos los meses había una cena de los gallegos en Buenos Aires. A mis doce años mi padre me llevaba con él. Mi memoria me falla, pero me acuerdo por ejemplo de los hermanos Blanco Amor de Vigo, Salvador Madariaga de A Coruña y, la amistad fraternal con Castelao".

Carlos Quiroga fue médico personal de Manuel de Falla durante su estancia, y hasta su muerte, en Córdoba, lo que fraguó entre ellos una intensa relación personal y epistolar. Manuel de Falla fallece el 14 de noviembre 1946 y "en Córdoba nos estaba esperan do, muy nervioso, el doctor Carlos Quiroga, quien nos advirtió de una maniobra política de los hermanos Aguilar y del director de orquesta argentino Juan José Castro que pretendían, con el pretexto de su frecuentación de Falla, apoderarse, como espontáneos albaceas, de sus manuscritos. Entre los manuscritos estaba el de la "Atlántida", que muchas veces había repasado Falla delante del doctor Quiroga. De acuerdo con doña Carmen (hermana de Falla), Quiroga se hizo cargo de los manuscritos de la "Atlántida" y fuimos a depositarlos en un Banco, mientras no se tomara una decisión respecto de ellos. Carlos Celso fue nombrado su albacea por Manuel de Falla en su testamento y hoy tenemos la obra, tal cual la compuso, gracias a sus desvelos. Hoy, en el chalet "Los Espinillos", en Alta Gracia, se encuentra el Museo Provincial Manuel de Falla; Allí vivió el compositor cuatro años y se conserva la correspondencia y el piano que le regaló Carlos Quiroga.

Carlos falleció, el 26 de octubre de 1974, en Córdoba después de sufrir durante muchos años un Parkinson muy agresivo. Su voluntad era descansar en Pontevedra; por suerte sus deseos se ven cumplidos cuatro décadas después de su muerte. Carlos Celso Quiroga Losada fue un gran hombre, gallego hasta la médula, que nunca quiso perder la nacionalidad española y nunca perdió su acento gallego.

Fuentes: Carlos Quiroga Mayor (hijo de Carlos Quiroga Losada), Correspondencia personal de Carlos Quiroga Losada, Manuel De Falla: His Life and Works de Jaime Pahissa de London Museum Press Limited, El Diario de Pontevedra y Manuel de Falla en Alta Gracia por Oriol de Montsant en La Vanguardia. 

Comentarios