Opinión

"Me han insultado mucho más por feminista que por promiscua"

Celia Blanco. Lo mismo habla de la pureza de la Virgen que de sexo oral y bondage. Desde su altar santifica el sexo las madrugadas del domingo

CELIA BLANCO es periodista desde hace más de 20 años, aunque su nombre evoque las fantasías húmedas de muchos de los que veíamos 'Crónicas Marcianas' a principios de los 2000. La estrella porno escogió este nombre como seudónimo para triunfar en la industria y Celia Blanco Rodríguez, la auténtica, nunca se lo cambió para hablar de sexo sin tapujos. Desde hace más de dos años lo hace a través de los micrófonos de Cadena Ser, en donde dirige y presenta 'Contigo Dentro', el programa de sexo líder en de la radio. Celia también calienta a través de los artículos publicados en su blog 'Mordiscos y Tacones' de El País y cada vez que amenaza en sus redes sociales con eliminar al primer machista que justifique la violencia de género. La periodista madrileña compartió promoción con la mismísima reina Letizia y consiguió que nuestros monarcas se llevasen a palacio un ejemplar firmado de su libro, 'Aquí se viene muy bien follado'. Curtida en la tele, fue escupida del medio del bótox al cumplir los 40. Pero no hubo hueco para la autocompasión. Abanderada de la diversidad sexual, feminista, y pro-sex, Celia escribe como los ángeles y debe follar como Dios. Es por eso que taconea fuerte allí por donde pasa y se gana el respeto de las que no pensamos como ella cuando te encierra en su estudio de la Cadena Ser y te pone contra las cuerdas en tu cruzada anti-porno. Palabra.
Celia Blanco
Sigo poniendo tu nombre en Google y sigue saliendo de primero la Celia Blanco actriz porno. Al final edito yo tu página de Wikipedia.
No sabes cuánto te lo agradeceré. Han llegado a escribir que es Cecilia Gessa, la actriz que usó mi nombre para el porno, la que dirige el programa de sexo de la Cadena SER. Y oye, admito pulpo como animal de compañía pero no que me obliguen a mí a pasearlo por la calle.
¿Qué sueños eróticos tenía una niña de Getafe hija de profesora y de militar?
Dime que pensabas perder la virginidad la noche de bodas y casarte con un marinero. O algo. Creo que tuve las mismas fantasías sexuales que cualquiera, aunque reconozco haberme masturbado con la fl auta dulce cuando estudiaba en las monjas… No hubo ninguna educación sexual en casa pero sí me inculcaron que no dependiera de nadie, mucho menos de un hombre. No pensé nunca en perder la virginidad en la noche de bodas, y de hecho la perdí en la parte de atrás de un coche, aunque elegí muy bien: la perdí con el chico que me gustaba, quien por cierto ni siquiera era mi novio.
Eres la musa del 'periodismo sexual' en España pero llevas más de veinte años currando en diferentes medios. Fuiste la primera a la que Julián Muñoz montó un pollo en el aeropuerto y entrevistaste a George Clooney. ¿A cuál de los dos te llevarías a 'Contigo Dentro'?
A George Clooney, sin duda. Por educación, sentido del humor y elegancia, tres valores de los que carece Cachuli. Me gustaría hablar de sexo con él, que no saber su vida privada, pero sí su postura ante muchos temas como diversidad sexual, educación sexual y leyes. Luchar contra la homotransfobia es importantítisimo y cuando esa lucha se hace visible a través de caras conocidas, se consigue mucho más.
Eres de la promoción de la reina Letizia. ¿Sabes si te leen o escuchan ella o el rey Felipe?
No tengo la más remota idea de si me leen y escuchan. Sí puedo confi rmar que tienen un ejemplar de 'Aquí se viene muy bien follado', mi segundo libro. El día de la presentación me los encontré y, aunque no me atreví a molestarlos, ella me vio y se acercó a darme un abrazo. Cuando le dije de dónde venía me pidió por favor un ejemplar y que se lo dedicara. Apuesto a que se lo ha leído. En la facultad leía cuanto caía en sus manos y siempre llevaba un libro en la mochila. Celebró con mucho cariño que yo hubiera conseguido lo que siempre dije querer hacer: escribir. Yo le contesté que ella también había conseguido lo que siempre dijo: presentar el informativo de TVE de las 21.00. Y empezamos a reír señalando a su esposo. Yo soy más afortunada que ella: el amor de mi vida no impide que siga con mi carrera.
¿En qué momento decides que el sexo puede ser una salida profesional?
No lo decidí, me brotó. Yo tenía un blog (que ahora está muerto) y La Esfera de los Libros me propuso escribir un libro. Después la tele me escupió porque cumplí 41 años y no me renovaron en el programa en el que estaba. Justo entonces, una de las personas que más saben de esta profesión y que mejores consejos me ha dado me animó a inventarme un programa de sexo para la radio. "Hablas de sexo como de gastronomía y eres capaz de que cualquiera confiese su sexualidad, sea la que sea, porque nunca juzgas. Invéntate un programa de sexo, escribe un guion y llévalo donde quieras trabajar". Conseguí el mail de Antonio Hernández Rodicio y se lo mandé directamente a él. No lo conocía de nada pero me llamó y quiso que nos viéramos. Le había gustado mi idea. Fue muy valiente por apostar por el programa y por mí. 
A ti te escriben muchos oyentes. ¿De qué se quejan principalmente los hombres y las mujeres a la hora de tener sexo en pareja?
De la falta de deseo, tanto hombres como mujeres. De las miserias padecidas por tener una sexualidad no heteronormativa o gustar del sexo no convencional. Y de la falta de comunicación. Hablamos poquísimo de sexo y eso nos lleva a situaciones terribles, porque si conociéramos más todas las posibilidades, nuestra sexualidad mejoraría.
Para mí eres la Pepa Bueno del sexo. ¿Te ha salvado tu carácter de los 'haters' y de las comeduras de cabeza?
¿Se lo has dicho a Pepa Bueno? ¡Pedazo de halago! Los haters me ponen de muy mala baba, cierto. Me calientan y me enciendo, pero cierro el canal de discusión. Para discutir conmigo hay que argumentar, aportar y sumar, siempre sumar. Si no es así, ni discuto. A veces ni bloqueo... Los silencio y los dejo gritando solos.
Mujer, inteligente, atractiva, que presume de folladora. ¿Te han insultado más veces por promiscua o por feminista?
No presumo de folladora, presumo de follar lo que me da la gana y me apetece. Si eso es ser folladora, lo soy. Si es una cuestión de cantidad, puede que te decepcione. En cuanto a promiscua… Me encanta que me presupongan promiscua porque eso implica libertad sexual. Me han insultado mucho más por feminista que por promiscua. Normalmente mi vida privada es eso: privada. No la exhibo. A cambio, mi feminismo, sí.
¿Cuántos gatillazos ha provocado la imponente Celia Blanco?
¿La verdad? No recuerdo ni uno. ¡En serio! Así que si los he provocado, no fueron ningún drama.
¿Hay algo que te guste más que follar?
Claro. Comer, beber y, sobre todo, leer. Otra cosa es que me encante incluir el sexo en las tres disciplinas anteriores, especialmente en la literaria. Hay escritores que me han follado con su escritura, como Guillermo Arriaga y no escribe precisamente literatura erótica. No follo todos los días, aunque haya quien lo crea. A cambio, cada vez que se cruzan conmigo en el pasillo de mi casa, me meten mano o me muerden el cuello.
En tus redes sociales siempre hablas de los dos hombres con los que compartes tu vida. ¿Quiénes son Mi Moco y El Patillas?
El Patillas es el hombre con el que comparto toda mi vida, del que estoy enamorada y que, antes de acostarnos siquiera, un buen día se presentó en mi casa y me soltó: "Celia, tengo casi 37 años y no estoy para estrategias; cógete una mochila, mete una muda y vente a pasar conmigo este fin de semana. Con un poco de suerte te convenzo y te quedas el resto de tu vida". Llevamos más de doce años juntos. El Moco es nuestro moco. Yo no quería hijos. El Patillas sí, así que dijo que era mejor que lo dejásemos porque entendía mi postura. Me dijo que tenía un trabajazo por hacer: desenamorarse de mí, encontrar a otra y enamorarse tanto de ella como para querer ser otra vez padre. No había querido ser padre antes; quiso ser padre conmigo. Así que le puse condiciones: elegir cada uno una noche libre de la semana, no hacer ningún tratamiento de fertilidad porque no estoy capacitada mentalmente (a cambio estaba dispuesta a casarme y que adoptáramos) y exigirle que jamás me viera como a la madre de sus hijos. Yo soy su pareja y él la mía. Y como tal quiero verlo y que me vea.
¿Ya le has hablado al Moco de sexo?
Con el Moco hablo de sexo con naturalidad y normalidad. Entre que nos ha pillado (a mí con toda la parafernalia, tacones y medias de liga incluidas) y que sabe que soy bisexual, podemos hablar de todo sin estridencias. Sabe lo que es el sexo (ahora mismo le da asco), sabe que sentimos atracción por personas y que cada uno elige el sexo de sus amores. Pero no le he hablado de porno aún, por ejemplo. El hentai me ayudará…
¿Cómo se protege a los niños de la avalancha de imágenes sexuales explícitas y violentas que hay en Internet?
Que haya sexo no es malo, ojalá hubiera más y en la televisión pública española hubiera un programa a las cinco de la tarde explicando a los niños y jóvenes qué pasa con su cuerpo como lo hay en Noruega. Lo que está mal es el tratamiento que damos al sexo. En casa no vemos a Pablo Motos pero sí vemos las imágenes en las que demuestra su machismo para que Mi Moco sepa por qué no nos gusta su programa. Sabe también por qué no votamos al PP: por destinar un 0’01% en los Presupuestos Generales del Estado a la violencia de género o por no cumplir con la cota de acogida de refugiados. Mi Moco recibe mucha información sobre sexo, mucha. Y porno, insisto, buscará en Internet. Espero haberlo educado lo suficiente para que sepa que eso no es la vida real.
¿Se puede amar y ser amada sin exclusividad sexual? ¿Cómo se le plantea a la pareja que te gustaría tener sexo con otra persona sin que lo interprete como unos simples cuernos?
Claro que puede haber sexo al margen de la pareja, pero eso atañe única y exclusivamente a los que forman esa pareja. Me alucina la necesidad que tiene la gente de dar explicaciones de todo lo que hace. Conozco a parejas liberales que se cuentan todos sus polvos al margen de la pareja y son terriblemente felices, pero a mí me gusta que la intimidad de cada uno sea íntima. Mi pareja no tiene por qué conocer ni saber quiénes son mis amantes. Y no tengo el más mínimo interés en conocer o saber quiénes son los de mi pareja.
¿Tienes que decirle a tu pareja que quieres tener sexo con otra persona o tienes que dejar claro cuál es tu postura si eso ocurre?
Elijo lo segundo, gracias. ¿Qué ocurre primero: el mal sexo o la mala pareja? En mi caso siempre ha sido primero la mala pareja. Pero yo es que elijo muy bien quién pasa de ser algo más que un polvo. ¿El mejor polvo está por llegar? Quiero creer que por eso seguimos apostando por mejorar nuestra sexualidad incluyendo todo lo que nos apetece. Yo, desde luego, no me voy a quedar sin probar lo que me llame la atención y repetir si me ha gustado. Follo mucho mejor ahora con 45 que a los 23, te lo aseguro.

Comentarios