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Apariciones

La Virgen de Fátima siempre me ha parecido una mala señora. Un día le dijo a Sor Lucía que sus primos Francisco y Jacinta iban a morir en breve. ¿A quién se le ocurre decirle eso a una niña de 10 años? Con Jacinta, la Virgen llegó al ensañamiento. Cuando le quedaban unos días de vida le señaló la fecha y la hora exacta en la que moriría. Jacinta tenía entonces 9 añitos y la Virgen, a la que Jacinta se refería siempre como 'aquella señora', añadió que la niña iba a morir sola. Jacinta pasó los últimos días de su vida llorando, aterrorizada. Antes, aquella señora les había enseñado el infierno. La pobre Jacinta se llevó el susto de su vida. Lo cuenta Sor Lucía en sus memorias: "Al tener la visión del infierno, se horrorizó de tal manera, que todas las penitencias y mortificaciones le parecían nada para salvar de allí a algunas almas". ¿Qué clase de Virgen va por ahí enseñando a unos pobres niños una película del infierno? Eso la Virgen podía habérselo mostrado a un perito agrícola de 55 años, como sugiere un primo mío, pero es una crueldad asustar a tres niños que pastorean ovejas sin meterse con nadie. Los niños, además, se sometían por exigencia de la Virgen de Fátima a grandes castigos. Pasaban días en ayunas para sacrificarse por los pecados de los demás porque aquella señora una y otra vez les exigía obediencia entre amenazas. Eso no lo digo yo; lo escribió Sor Lucía.

Pero la escena más terrorífica que presenció nadie jamás se dio en Pontevedra cuando la Virgen se le apareció a Sor Lucía llevando consigo al niño Jesús. La Virgen puso una de sus manos sobre el hombro de la vidente y con la otra le enseñó un corazón lleno de espinas clavadas. Entonces, Jesús tomó la palabra: "Ten compasión del corazón de tu Santísima Madre, que está cubierto de espinas que los hombres ingratos continuamente le clavan, sin haber quien haga un acto de reparación para arrancárselas". ¿A quién se le ocurre llevarse un niño para enseñarle a una monja un corazón? Lucía no entra en demasiados detalles, pero es de suponer que aquello quedó perdido de sangre. A mí me pasa eso y me muero del susto. El niño además apareció otra vez para amenazar a Sor Lucía mientras la monja sacaba la basura.

Yo no creo que promocionar el Santuario de las Apariciones sea fomentar el turismo religioso


Todo lo anterior sea dicho en el caso de que la Virgen realmente se haya aparecido a los pastores, que yo creo que no. Lo que yo creo, según se desprende de las memorias de la monja vidente, es que los niños eran impresionables. Lo único que conocían era la religión y a ella dedicaban su vida. Jugaban a rezar, bailaban rezando y todos sus temas de conversación eran sobre asuntos religiosos, que era lo único que aprendían en sus casas y en la iglesia. Un día jugaron a ver a la Virgen y la cosa se les fue de las manos cuando Jacinta, que era la más sugestionable y la más piadosa, contó en su casa la primera de las apariciones. Luego ya fue un no parar hasta que la Iglesia, ante la duda, decidió hacerse con el asunto, como hizo en su día en Compostela.

El caso es que desde Pontevedra hemos encendido una polémica que dio la vuelta a España entera. ¿Debe la ciudad explotar la capilla de Sor Lucía como reclamo turístico? Unos dicen que sí, que por qué no. Yo me sumo a ellos con entusiasmo. Otros piensan que lo último que necesitamos es turismo religioso. El pleno municipal votó en contra de la propuesta del PP. Cierto que los del PP, que seguramente llevaban una semana en ayunas, lo que pidieron que se votase era esto: "Promocionar la aparición de la Virgen en nuestra ciudad, Pontevedra, en sus distintos foros, como centro de actividad turística". Claro, es que una cosa es utilizar como reclamo turístico la estancia en una ciudad de la vidente más famosa del mundo, y otra bien diferente pedir a los gobernantes del BNG, que son unos impíos zarrapastrosos, que voten a favor de las apariciones de la Virgen y del niño Jesús.

Yo no creo que promocionar la Capilla de las Apariciones sea fomentar el turismo religioso. Es cierto que muchos vendrían con ese motivo, como muchos que hacen el Camiño, pero también podrían venir investigadores de lo paranormal, por ejemplo, o muchachos y muchachas góticas y cualquier otro tipo de gente asustada. ¿Por qué no van a venir? ¡Incluso pueden traer a sus mascotas! No veo yo qué tiene eso de malo. Si la Virgen vino sin ser invitada, a ver por qué no podemos atraer y recibir con gran cortesía a todos los que quieran conocer el lugar donde ella y su hijo amenazaban a una monja mostrándole un corazón atravesado de espinas. Yo he visitado esa capilla en diferentes ocasiones, y casi siempre que ha venido algún amigo a conocer la ciudad lo he llevado allí, como al resto de los lugares que vale la pena ver por el motivo que sea. A ver si va a resultar que podemos promocionar una romería milagrera y no una aparición aterradora.

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