Blog | Crónicas y perfiles

El Tino's Club y dos décadas prodigiosas

FAUSTINO (Tino) Fernández Veiga es un emprendedor pontevedrés, polifacético y exitoso, que dedicó buena parte de su vida a abrir locales a la última y que hoy se ha convertido en un reputado galerista. Casado, en su día, con Ángeles Muiños, una mujer de rompe y rasga que iba siempre a la última moda, con la que tuvo dos hijos, Tino y Marta.

El primer Tino´s Club de Areas, que algunos llamaban La cabaña del tío Tom, se inaugura en 1963, "donde hoy está el chalet de Viriato Lamas", explica. De aquellas, era gobernador de Pontevedra Ramón Encinas Diéguez y alcalde de Sanxenxo José Ramón Guisasola Gorrity. Entre La Toja y Pontevedra sólo había un local, que era el de Tino, donde se daba cita la beatiful people de la época.

El Tino´s era una cabaña de madera, con moqueta y techo de paja. Las luces eran nasas de mimbre antiguas y contaba con una pista de baile: "En esa época La Toja cerraba a la una y media y se venían al local Mari Carmen Bordiú con la hija de Don Eduardo Barreiros y acompañantes", que pasaban los veranos en la isla.


Cuando el Silos Club se cierra, en 1970, Tino se hace cargo del parque en solitario para abrir el mítico 
Club Barbarella, que se inaugura el 31 de diciembre con una cena de Fin de Año


Tino recuerda cuando un día el coche de Eduardo Barreiros, un hombre hecho a sí mismo dueño de Motor Barreiros-Diesel, que frecuentaba el club con su mujer, pues recuerda ver como su pesado Plymouth Barracuda se quedó hundido en la arena delante del local, y cómo Barreiros se sacaba la chaqueta y a base de fuerza lograba sacar el coche de la arena; es una imagen que se le quedó grabada en la memoria.

Su siguiente gran empresa fue alquilar la parcela del Parque de verano del Casino, un año después de éste que se trasladara a la Caeira: "Yo hablo con la familia Sáez Díez, que eran los dueños del solar del parque del Casino de verano, que era así como se conocía, para alquilárselo y hacer también un parque de verano", explica Tino, pero con una idea que traía de Argentina: hacer del parque un multiusos en donde harían celebraciones y actuaciones en directo.

Es entonces cuando abre, con Rafael y Jaime Trigo Menlle, el parque del Silos Club ; silos por el apellido Trigo de sus dos socios. Un macro complejo de cuatro mil metros cuadrados del que conservaron la parte que daba a la calle Manuel del Palacio , en la que estaba la pista de tenis de tierra batida, los vestuarios y los jardines. Allí, el 17 de julio de 1968, detienen al cantante Benedicto García Villar (Benedicto), cuando participaba en el II Festival Gallego de la Canción Moderna: "Condenado a pagar una multa de mil pesetas por interpretar canciones prohibidas y dirigir frases subversivas a los asistentes". Al interpretar "No al Vietnam", una de las canciones prohibidas, fue descalificado del Festival y detenido por orden del gobernador.

Javier Albatros también recuerda el Silos Club por haber participado, con su grupo La Royal Juvent's Group, del que era vocalista, en otro festival de grupos de Galicia en el que quedaron de segundos. Dos días de concierto, recuerda, en el que participaron, además de otros grupos, Luis Nodar (Luis Queimada) con Armando Guerra.

Cuando el Silos Club se cierra, en 1970, Tino se hace cargo del parque en solitario para abrir el mítico Club Barbarella, que se inaugura el 31 de diciembre con una cena de Fin de Año. La novedad era la discoteca al estilo de los Whisky Club de los sesenta: poca luz, luces rojas, buena música y donde se estilaban los cócteles. Sobre este asunto comentar que fueron sancionados porque la Ley del año 45 decía que "se tenía que poder leer un periódico dentro del local". Los conciertos en directo de verano eran muy esperados y Tino traía figuras como Mari Trini, Ana Belén o Los Impala. En el restaurante se celebraban bodas, bautizos y todo tipo de eventos: "Era también un poco el club de la Escuela Naval porque iban muchos marinos", explica Tino.

Ese mismo año inaugura el restaurante Los Robles, el 11 de junio de 1970 día de San Benitiño, que bendijo el padre Isorna, fallecido hace unos meses a los 94 años: "Los guardiamarinas sólo tenían permiso para tomar un vino allí porque era un local muy respetado", explica. Frente a los Robles también abrió el Agarimo I, en la calle Padre Luis, que habían instalado un "órgano de colores" con el que la luz iba cambiando con los graves y agudos de los discos, decorado con estalactitas, obra de Carlos Sánchez Cagiao, diseñador de todos sus locales y, por ejemplo, de la marquesina de Pedrosa (en la Peregrina) que hizo Chicho (sobrino de Adonis), la taberna Dorna de Marín, el mesón del Hotel Rías Bajas, Ubalda (en las Galerías Oliva), Los Robles y Charada, entre otros muchos proyectos. En la calle García Flórez Tino también abrió el Charada : "un lugar de estilo francés muy original", en el local que después fue La Cabaña.

El Barbarella cierra, después de ocho años, cuando empezó el boom de la construcción. Tino había llegado al acuerdo de que: "En el momento en que la propiedad tuviera una oferta se vendería", como así ocurrió. Los edificios que hay actualmente llevan el nombre del famoso local.

Hablando de música, cuando Tino conoce a Xavier Cugat, en los años ochenta en Marbella, y le dice que es de Pontevedra, Cugat enseguida menciona a Manolo Quiroga que consideraba "muchísimo mejor" que al violonchelista Pau Casals. Tino le comenta a Cugat que Sarita Landín siempre se acordaba del recibimiento que la ciudad de Pontevedra le hizo a Quiroga cuando gano el primer premio de París.

Tino Fernandez, el empresario que marcó dos décadas de la vida musical de Pontevedra, está casado desde hace nueve años con la filóloga argentina María Lidia Sala Abeijón y vive en Vigo, en donde tiene la galería de arte y antigüedades Soho de Vigo, en la Praza de Compostela, en la que trabaja Patricia Trigo.

Fuentes: Charla con Faustino Fernández Veiga y Javier Albatros, Ángeles Muiños, El Pueblo Gallego, Casino de Pontevedra, La Fonoteca por Fernando Fernández Rego y Voces Ceibes e a censura franquista de Xan Fraga.

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