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La Mimitos y la vida alegre de Pontevedra

Pocas mujeres conocieron tan a fondo la vida alegre de muchos pontevedreses como ella. Conocida como La Mimitos fue una de las mujeres más deseadas de Pontevedra, con el permiso de todas las que pasaron por la vida sin pena ni gloria


LA PALABRA burdel proviene de burdelo, según el Diccionario Gallego de Juan Cuveiro Piñol de 1876, y significaba grosero. En Pontevedra el centro neurálgico de la actividad de los burdeles, prostíbulos o lupanares se concentró principalmente entre Santa María y el barrio de A Moureira, en donde hoy todavía queda alguno; aunque fuentes dignas de todo crédito hablan de un piso de la época, de manera más discreta, en la calle de la Oliva. Las rúas más famosas donde se desarrolló esta actividad fueron la de San Guillermo, la del Oro y la de la Fuente de la Moureira.

En 1910 se hace público el "Reglamento de Higiene de la Prostitución" por el que se regulaban las revisiones médicas, que eran gratuitas salvo si el médico se desplazaba al prostíbulo. Así mismo, se ordenaba que las prostitutas sólo podían tener hijos propios hasta los cinco años, momento en el que "se les separará de aquellos por medios legales". Además de los prostíbulos y prostitutas censadas también las había clandestinas, que ejercían por libre en las barras de los bares o en la calle.

En 1912 el Gobernador Civil de Pontevedra "ordenó no se permita la salida del Gran Hospital de esta Ciudad, de las prostitutas dadas de alta sin previo aviso a aquel Gobierno, para que los agentes se hagan cargo de ellas y puedan ser objeto de la vigilancia necesaria". En 1914 el inspector Andrés Rojo denuncia ante el gobernador "a cinco mujeres de vida airada, por cometer actos inmorales en la vía pública. En consecuencia el señor Ebro, les ha impuesto a las expresadas prostitutas, una quincena de cárcel". En 1916 detienen a dos ladrones por robar, en el número 9 de la calle de la Fuente de la Moureira, a las prostitutas María Rico Docampo y Virginia de la Concepción.

En 1921 María Risco "A Pitisa" y la mencionada María Rico que, acompañadas de otras prostitutas y clientes, se vieron envueltas en una reyerta nocturna en O Campillo al salir de la churrería de Fandiño, y que se prolongó hasta la calle Arzobispo Malvar. Dos años después El Progreso publicaba una queja al Gobernador de Pontevedra por la subida de tasas a las "pobres" prostitutas: "Estas individuas que antes pagaban por cada uno de los reconocimientos semanales que hacen según la clasificación o sea las de 1ª una peseta y las de 2ª 50 céntimos, se las ha triplicado tal cantidad sin que sepan las causas ni de quien partió la medida".


En los años treinta estaban reguladas las horas a las que podían salir para trabajar y pagaban una multa de cinco pesetas a por reclutar hombres por la calle y diez por montar escándalo, pero la prostitución de la época era legal. En 1943 se establece un censo de prostíbulos en España que arrojaba la cifra de 652 sin contar los de Madrid. Finalmente, en 1956, un Decreto Ley del 3 de marzo abolía la actividad de los prostíbulos por lo que, a las prostitutas, se les pasó a aplicar la Ley de Peligrosidad Social de 1970.

Una de las meretrices más recordadas de Pontevedra, de la que sólo se sabe el apodo, el nombre y poco más, que ejercía en A Moureira fue La Mimitos. Mi padre, siendo un niño en los años cuarenta, recuerda verla pasar por la Herrería del brazo de dos compañeras camino de Sanidad: menudita y morena. Otros nombres conocidos de Pontevedra fueron los de la Chata María la del Diente o la Marañona.

De Pilarín, La Mimitos, mucho se habla y poco se sabe. Llegó a Pontevedra, pasó unos años aquí y se marchó. El único retrato que se conoce hasta ahora es el que pintó el acuarelista Rafael Alonso Fernández. Menos mal que para recordarnos a la Mimitos está la obra del inolvidable Sabino Torres, fallecido recientemente, al que Manolo Yáñez rinde homenaje con el rodaje del primer documental ficcionado sobre "A Mimitos", con la productora Imaco y un cartel de lujo. La idea del documental parte del propio Sabino en una conversación con periodistas, grabada por Yáñez, sobre el barrio de A Moureira, al final la conversación derivó hacia a su libro "As tres columnas" y la Mimitos. Los sobrinos de Sabino Torres, tanto Francis como Gerardo Lorenzo, acogieron muy bien el proyecto y "se prestaron a colaborar en el documental desde el primer momento", comenta Yáñez.

La base del documental es la búsqueda del cuadro de Alonso, que pintó a la Mimitos, y con tres personajes principales de Pontevedra, de los cuales dos ya han fallecido, que describen cómo era la vida alegre de Pontevedra en los años cuarenta. Manolo precisa que "no es un estudio pormenorizado sobre La Mimitos", es una recreación de cuarenta minutos que recoge informaciones de la época y aportaciones de personas que la llegaron a conocer. Según los testimonios del documental La Mimitos tenía tres queridos muy importantes de Pontevedra, razón por la que sólo de vez en cuando admitía a otros clientes. Decían los que la conocieron que "era guapa, elegante y limpia".

Después de varios meses de rodaje, el documental con cuenta con la participación Francis Lorenzo como presentador, de la actriz Beatriz Campos como La Mimitos, un cameo del multipremiado actor Celso Bugallo y la colaboración de Gerardo Lorenzo en el papel de Sabino Torres, Félix G. Cortiñas (de incógnito), Senén Cortegoso, Fredy Nistal (Black Stones) y Alicia Fernández entre muchos otros. Juan Catoira, que repite con Yáñez como actor por cuarta vez y es técnico de sonido de la producción, recuerda: "en una ocasión fui Benito Soto ", pero esta vez se mete en el papel de un viudo que busca consuelo en un prostíbulo.

Yáñez ha rodado en las calles de Pontevedra, en el bar Americano, en el Café Moderno, en La Cueva de Cris y recrea el bar Abanico, en el que trabajaba la Mimitos, en la calle San Guillermo. Era un bar regentado por una madame y "por el que pululaban personajes de todo tipo, por esos bares pasó toda Pontevedra", comenta Manolo. El Abanico, según los testimonios, era bien conocido por "Gobernadores civiles, escritores y algún que otro cura". Entre otros, veremos a Armando Guerra entregando un paquete en dicho bar. En la hemeroteca encontré sólo una mención al bar Abanico, en 1935, en la que dos camareros fueron detenidos por insultar a Olga Varela, de 23 años, vecina de la calle San Guillermo.

La intención, comenta Manolo Yáñez, es estrenar el documental en fechas próximas coincidiendo con el nombramiento de Sabino Torres como Hijo Predilecto de Pontevedra.


Fuentes:
La Libertad, El Pueblo Gallego, El Compostelano, El Progreso (Pontevedra), La Unión, El País, La Prostitución: El Espejo Oscuro de Dolores Juliano, La prostitución en la España contemporánea de Jean-Louis Guereña, Manolo Yáñez y Juan Catoira.

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