No solo comer bien es importante, también cocinar. Tiene tantos beneficios que ya se habla de la cocinoterapia. "Es una actividad muy buena para la salud, tanto física como emocional y mental porque ayuda a la motivación, a la autoestima y a esforzarse, ya que ofrece la posibilidad de que con nuestras propias manos podamos elaborar distintos platos", asegura Lucía Saborido, directora de Saraiva. Además -explica- "culturalmente en nuestra tierra tiene una connotación especial, ya que toda celebración va acompañada con una comida en la que se reúnen familiares y amigos, siendo una importante herramienta de socialización".
Saborido destaca también que cocinar fomenta la creatividad, el autodesarrollo y la superación. "Al margen de las personas que trabajan en el sector de la hostelería, es una actividad relajante porque ayuda a despejar la cabeza de todas las preocupaciones y libera tensiones", añade.
Por otro lado, apunta, es "una oportunidad de ocupación cuando se tiene tiempo libre, por ejemplo, después de la jubilación. Así, ayuda a organizar el tiempo y da opciones a relajarse cocinando".
Por último, desde un punto de vista terapéutico, cocinar activa y estimula funciones cerebrales como la memoria, la atención, la percepción auditiva y visual, el lenguaje escrito, el razonamiento, el cálculo y funciones ejecutivas. "Es una actividad muy completa y, además, gratificante", concluye.