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Un minifundio en los folletos

EL MINIFUNDIO gallego ha adquirido tintes legendarios en la etapa democrática. Los tres aeropuertos, las tres universidades, los dos puertos exteriores... El ladrillo, la burbuja, el desarrollo, los fondos europeos y la falta de planificación global han traído consigo un localismo tan marcado y prolongado en el tiempo que haría sentirse orgulloso a Paco Vázquez.

Como para no hacerlo: él colgó los hábitos dejando para A Coruña uno de los tres aeropuertos, una de las tres universidades y uno de los dos puertos exteriores. El pobre Abel Caballero, el delfín del pacovazquismo, no tiene su puerto exterior, pierde por 3-2 en Riazor¡, y eso ha provocado que tengamos que aguantarlo hablar de sí mismo en tercera persona a través de la palabra Vigo (''Vigo quiere, Vigo no va a permitir''), confiando en que así remontará en el partido de vuelta en Balaídos.

En ese eterno debate sobre el localismo poco se habla de las tres oficinas de turismo de Pontevedra, una para cada Administración. La de l Praza da Verdura para el Concello, la de la calle Riestra para la Xunta y la del Palacete das Mendoza para la Deputación. En la ciudad no tenemos una decena de recintos feriales, pero el tema de las oficinas de turismo lo llevamos niquelado. Por no hablar de las dos autovías paralelas en dirección a Vigo que disfrutaremos en unos cuantos años. Eso, claro, si es que finalmente se hace la A-57 más allá de la circunvalación de Pontevedra, que con tanto retraso y tan poco BOE uno ya no sabe.

... si es que finalmente se hace la A-57 más allá de la circunvalación de Pontevedra, que con tanto retraso y tan poco BOE uno ya no sabe

La unificación de las oficinas de turismo es otra cosa: un tema cíclico que se aborda cada cierto tiempo, como la permanencia de Ence, la construcción de un nuevo hospital, la marcha de Lores a Santiago para dirigir el BNG o la abundancia de pinchos en el Robert’s. Porque hay fusiones, ahí tienen la de NovaGalicia Banco o la de Marea Pontevedra, que han sido menos traumáticas y se han solucionado antes.

Lo que está ahora mismo sobre la mesa es la unión entre la oficina de la Xunta y la del Palacete das Mendoza. Y lleva tanto ahí, sobre la mesa, que parece un cenicero. Lo recalcó en un Pleno de hace más de un año la diputada provincial Ana Isabel Vázquez: la fusión es cuestión de días. Pues no lo fue, que aquí seguimos.

Y si difícil era entenderse entre dos, imagínense para una integración a tres bandas, para el menage à trois del folleteo (con perdón). Vistos los antecedentes y las dificultades pasadas, se da por hecha la presencia de mediadores internacionales y la necesidad de reservar un hotel en Suiza durante un mes por si las negociaciones se alargan. No es broma. La cosa está así de complicada, sin ningún viso de solucionarse, al menos por ahora.

Por tanto, llegado 2015, estamos en las mismas. Todo el mundo defiende la fusión. Pero en su propia casa

Quedó claro en ese Pleno citado en el párrafo anterior. Ana Isabel Vázquez apostó por la integración total en el Palacete das Mendoza y la concejala de Turismo de Pontevedra, Carlota Román, declinó la oferta. Aclaró que ''non habería inconveniente en facelo se ese edificio cumprise as condicións de accesibilidade, pero non as cumpre''. Dicho lo cual, solo había una posibilidad: la unificación en la oficina municipal de la Praza da Verdura. Román, incluso, desveló detalles de las conversaciones de paz mantenidas con el enemigo, y dijo que la negociación con la Secretaría Xeral de Turismo para conseguirlo había estado muy avanzada, ''pero alguén mandou parar''. Se supone que fue el comandante.

Por tanto, llegado 2015, estamos en las mismas. Todo el mundo defiende la fusión. Pero en su propia casa. Los tres aeropuertos, las tres universidades, los dos puertos exteriores, las tres oficinas de turismo. El pacovazquismo. El abelcaballerismo. El minifundio. Ese concepto, maldita sea, tan puñetero.

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